Javier Ruibal, entre sus hijos Lucía y Javi, listos para conquistar Sevilla.
Ver y oír a Javier Ruibal en vivo es siempre una experiencia única, pero esta vez será todavía más diferente que las demás. El cantante de El Puerto de Santa María (Cádiz) presenta esta noche en la sala Joaquín Turina del Centro Cultural Cajasol (21.00 horas) su nueva propuesta, Casa Ruibal, donde se hace acompañar de sus hijos, Lucía bailaora y Javi percusionista así como del siempre solvente piano de Iñaki Salvador para hacer que sus temas de siempre suenen como nunca.
El año pasado, en un concierto con Las Migas en el País Vasco, probamos un formato parecido a éste, pero nos dio el pálpito de que podía hacerse mejor. Esta vez es una invitación al público a que venga a casa, comenta el artista, para especificar a renglón seguido: Lo que mostramos en escena es la que fue la casa de mi infancia, pero también la casa en la que se han criado mis hijos, donde se han hecho grandes. Y es también un reflejo de todas las casas de la Bahía de Cádiz, adelanta.
Por su parte, el piano representa la música como abstracción, algo que está fuera y dentro de nosotros, prosigue Ruibal, quien ha contado con algunos elementos escénicos para ambientar la propuesta, así como con la dirección escénica de Ana López Segovia, de Chirigóticas, ayudada por su hermana Alejandra López Segovia.
El músico, que actualmente se encuentra grabando lo que será su próximo disco, anuncia que en el repertorio que ofrecerá esta noche hay cosas nuevas, incluso algunas compuestas para el concierto, aunque la mayoría son mis canciones de toda la vida. Eso sí, haciendo hincapié en los pasajes más flamencos, hemos querido cargar la suerte por ese lado.
La grabación todavía no la hemos acabado, estamos trabajando con mucha paciencia, reposadamente, y en todo caso hasta después del verano el disco nuevo no verá la luz. Eso nos dará pie a la gira del año que viene, que pretendemos alternar con los conciertos de esta Casa Ruibal, explica el cantante, quien no se caracteriza por reservar demasiado sus temas. Cuando tengo una, la entrego rápidamente, me gusta sorprender al público. No hay estrategia en eso, y al fin y al cabo los discos sólo son un recordatorio de lo que ya has dado sobre las tablas, añade.
Sobre la crisis de la música, Ruibal asegura que haciendo comparación con el mundo de los negocios, un gran almacén puede caer en bancarrota en cualquier momento, pero los que salimos a poner el tenderete a diario corremos menos riesgos, bromea. Y cuando se le pregunta si el talento musical es hereditario, no lo duda: Crecer rodeado de arte es importante, pero mis hijos han aprendido sobre todo a tener mucho amor propio y lealtad con ese arte. Son rigurosos y libres.
