Local

Javier Vargas: "Coldplay me aburre hastas la muerte"

El nuevo proyecto de Javier Vargas es un repaso por algunos de los más inolvidables temas del rock, haciéndose acompañar por algunas leyendas vivas estadounidenses del género.

el 24 jun 2011 / 17:46 h.

TAGS:

Javier Vargas, uno de los hombres fuertes del blues ibérico, regresa con un sonido más duro que nunca, aunque en su toque el feeling sea una seña de identidad indisimulable. El músico español lanza esta semana un nuevo proyecto, sencillamente bautizado como VBA, como resultado de sumar las iniciales de sus protagonistas: el legendario batería Carmine Appice, conocido por haber tocado con gente como Rod Stewart, Ozzy Osbourne y hasta Pink Floyd; Tim Bogert, bahista de los Vanilla Fudge, y el propio Vargas, a los que ha venido a sumarse la voz áspera y genuinamente AOR de Paul Shortino, de Quiet Riot.

Vargas recuerda así cómo se produjo tan extraordinario encuentro: "El año pasado me encontraba en Alemania, inmerso en la gira Live wire, cuando hablando con el manager Tony Tillota le conté cuánto me gustaría tocar alguna vez con estos monstruos. ‘Los conozco bien, ¿por qué no organizamos algo?', me contestó. Escribió un par de mails a Carmine, y se mostró abierto a todo".

Cabe recordar que Appice y Bogert formaron trío con nada menos que Jeff Beck en los años 70, de modo que no debe de ser fácil ocupar el espacio de una leyenda de tal calibre. Tampoco sabía Vargas si sería fácil trabajar con ellos, pero lo que encontró le dio motivos para el optimismo: "Shortino es muy simpático, muy accesible, aunque también hay que darle su sitio, porque es muy prima donna. Carmine es de la vieja escuela, ha mamado muchas cosas en la música que tú también conoces, y disfruta mucho tocando, así que con él todo fue como la seda. Y Tim es otro encanto, compartimos hotel en Las Vegas y me contó un montón de historias... Ha sido una gran experiencia".

El español y sus nuevos aliados se reunieron el verano del año pasado en Las Vegas, y en febrero de este año se metieron en el estudio de grabación para dar forma al disco que acaba de ver la luz: una suerte de antología de temas rockeros de ayer y hoy, desde el Surrender de Cheap Trick a Right On de Ray Barretto, pasando por Soul of love de Paul Rodgers, Tonight's the night de Rod Stewart, Over my shoulder de Mike & The Mechanics, Parisienne walkaways de Gary Moore o It's a long way to the top de AC/DC, entre otros grandes hits, sin olvidar el inolvidable Lady de Beck, Bogert y Appice.
"De alguna manera, quería grabar temas que tenían que ver conmigo, pero como comprenderás la lista inicial tenía muchos más", asegura Javier Vargas. "Hemos tenido que dejar fuera cosas como Purple Haze, Tobacco Road, Changes... Pero en fin, creo que nos quedamos con temas de bastante peso".

Lo que queda claro a la primera escucha del álbum de VBA es que sus artífices no se han limitado a ejercer de copistas. Vargas se sonríe con la simple insinuación de esa posibilidad. "No, estos músicos tienen tanta personalidad que desde el minuto uno que no íbamos a hacer covers. En realidad tampoco está premeditado, pero todo está hecho a nuestra manera. Ese sello siempre va a estar ahí", afirma.

Una vez eche a rodar el disco, Javier Vargas se plantea emprender una gira europea en la que contará con Appice y shortino. "Tim, que es un loco de las motos, tuvo un accidente con una de sus harleys y casi la palma, por lo que seguramente nos acompañará Luis Mayo, un bajista con el que he tocado mucho en la Vargas Blues Band, y seguramente también un teclista inglés", comenta.

Cuando se le pregunta si alguna vez se ha sentido peor tratado en España que fuera de nuestras fronteras, Javier Vargas se resiste a la melancolía como al victismo. "No puedo quejarme, aquí hay gente que me ha apreciado mucho. En Estados Unidos tengo buenos estudios, y unos músicos rockeros de primera, pero donde me gusta vivir es en España. En Alemania también me siento a gusto, pero mis espacios son Ibiza, Cádiz, Tarifa... Lo mío es disfrutar al máximo de la vida, y por lo mismo no me iría a hacer las Américas. Puedo ir a tocar a festivales, pero recorrer el país en coche de punta a punta, a estas alturas, no. Estoy mayor ya para eso".

Y continúa echando la vista atrás: "En el 75 yo ya estaba en Nashville, acompañando a Wayne McPherson, trabajé con muchísima gente. Luego volví a España, me tocó una época muy bonita, Miguel Ríos, la Orquesta Mondragón... Y me gustó más esto que Los Ángeles", apunta.

Por último, cuando se le pregunta qué oye Vargas de lo que se hace ahora, hace un gesto ambiguo. "La verdad, hay muy poca cosa que me estimule. Y no porque no haya músicos, sino porque no es fácil encontrar proyectos interesantes. Me gusta un tipo de Nueva York llamado George Smith, Joe Bonamassa... Pero Coldplay me aburre hasta la muerte", apostilla. ns

  • 1