La temporada 2009/10 promete ser vibrante en Nervión. Reforzado con nuevos futbolistas y avalado por el papel realizado en el último ejercicio, el Sevilla de Manolo Jiménez afronta una campaña marcada por cinco grandes retos. La exigencia será aún mayor si cabe, y ya es decir.
Basta recordar los ecos de la participación del equipo en la Peace Cup, donde cayó ante la Juventus y empató con el Seongnam, para hacerse una idea de lo que se le va a pedir esta temporada. Los últimos éxitos deportivos y las exigencias del propio club hacen que las expectativas sean muy grandes. Tal es así que a un mes del inicio de la competición, José María del Nido tuvo que mandar su primer mensaje de tranquilidad. En su opinión, el equipo deberá comenzar a dar su medida a partir del Trofeo Carranza.
La cita gaditana -antes, este próximo fin de semana, el equipo se medirá con el Palermo y el Mallorca en un triangular en tierras italianas- será una buena prueba de toque para un Sevilla dispuesto, como el propio Manolo Jiménez, a mejorar lo hecho la pasada temporada. Hasta cinco son sus nuevos retos:
1. VOLVER A LUCHAR POR UN TÍTULO. Decir que se aspira a todo es fácil; convertirse en un verdadero candidato a ganar un título, muy difícil. En alguna fase de la pasada campaña, el Sevilla llegó a autoproclamarse alternativa al Barcelona, pero quedó claro que, pese a su brillante tercer puesto final, estaba lejos del conjunto azulgrana; y hasta del Real Madrid. Conquistar la Liga no es nada, nada fácil, pero nadie renuncia de antemano a ella. El mero hecho de luchar por ella de verdad es un éxito. Pero además del torneo doméstico, la Champions y la Copa del Rey volverán a ilusionar al sevillismo. Pensar en ganar la primera son palabras mayores. Sí debe ser un objetivo pelear por conquistar el torneo de KO.
2. MEJORAR EL TERCER PUESTO. Sólo en cinco ocasiones a lo largo de su centenaria historia ha logrado el Sevilla mejorar un tercer puesto en Liga. Fue primero -y, por tanto, campeón- en la temporada 1945/46 y segundo en las campañas 39/40, 42/43, 50/51 y 56/57. Es decir, hace más de medio siglo que no consigue un puesto más alto que el último obtenido, lo que da una idea de la dificultad de la misión para el equipo de Jiménez. Conocedor de esto y actuando con especial prudencia, el presidente del club ya dijo antes del inicio del verano que el objetivo para esta nueva temporada volvería a ser 'clasificarse para la Liga de Campeones', es decir, acabar el ejercicio liguero entre los cuatro primeros de la tabla.
3. EL SUEÑO DE LA CHAMPIONS. La participación en el máximo torneo continental a nivel de clubes es el gran aliciente de la temporada en Nervión. Por segunda vez desde que se disputa bajo su actual formato, el Sevilla buscará un sitio entre los más grandes de Europa. Hace dos temporadas, tras la repentina marcha de Juande Ramos, Manolo Jiménez, haciéndose cargo del equipo cuando menos lo esperaba, fue capaz de culminar una brillante fase de grupos. Pese a ello, la eliminación en octavos de final a manos del Fenerbahçe, por la forma en que ésta se produjo y por tratarse de un rival asequible, dejó un mal sabor de boca. La Liga y la Copa ilusionan, pero el regreso a la Champions lo eclipsa casi todo. El papel que juegue el equipo en esta competición puede tener mucho peso en el balance final de la temporada.
4. UNA COPA ECLIPSADA. Se quiera o no, la Copa será en la práctica la tercera competición en importancia para el Sevilla. Liga y Champions centrarán toda su atención mientras tenga aspiraciones. Pese a ello, el equipo vuelve a estar obligado a dar lo mejor de sí mismo en este torneo. Las dos últimas participaciones se han saldado con sendas eliminaciones y más pena que gloria. La primera de ellas, ante un Barcelona que no era ni por asomo el de Guardiola; la segunda, frente al Athletic, en una de las derrotas más sonadas de los últimos tiempos. Caer en semifinales no es un fracaso, pero sí la forma de hacerlo. Por eso, la Copa del Rey se ha convertido en una espina clavada para el Sevilla de Jiménez.
5. CONVENCER A MÁS SEVILLISTAS. El equipo y su técnico tienen también un reto que va más allá de los números: convencer con su fútbol a un mayor número de sevillistas. Decir que toda la afición está con Jiménez sería faltar a la verdad, como también decir que es el entrenador que ha soportado más presión. En sus manos está el proyecto más ambicioso de la entidad, y sabe que el apoyo del sevillismo será clave para rendir al nivel deseado. Además de victorias, muchos aficionados exigen ver buen fútbol. Pero el técnico, pese a su importante cuota de responsabilidad, no puede hacerlo todo solo; los jugadores -muchos de los cuales aún no han dado el rendimiento esperado- también tendrán mucho que decir en este sentido.
Queda menos de un mes para que el Sevilla comience esta temporada cargada de alicientes. Los éxitos de los últimos años en forma de títulos han situado el listón muy alto, hasta el punto de que las expectativas que rodean al equipo, generadas también por el propio club, le obligan a plantearse retos muy ambiciosos, aún más que hace un año. Pero eso siempre será mejor que dar pasos hacia atrás.
