Joao Augusto Moura, un novillero de ilustre apellido taurino portugués, vuelve el próximo domingo en la plaza de la Maestranza. Sobrino del gran rejoneador luso Joao Moura y primo de la nueva promesa del toreo ecuestre portugués, el joven lidiador recuerda su primera comparecencia en el ruedo sevillano en las novilladas de abono, un día en el que "sin embestirme ningún novillo, la gente se quedó pendiente de mí".
Esas buenas sensaciones son las que han animado a la empresa a repetirlo en una cita, la del próximo domingo, a la que acude "con la máxima ilusión". En aquella ocasión, a pesar de las pocas opciones que le brindaron los utreros que le tocaron en suerte, recuerda "los muletazos tan templados que le pude dar a mi primero. La gente lo agradeció mucho".
En la complicada temporada 2009 -el número de festejos ha descendido notablemente por efectos de la crisis- ha matado 10 novilladas y cortado siete orejas, aunque muchas de sus actuaciones se han circunscrito al circuito portugués, que no computa en el escalafón español. Precisamente, en su país natal ha logrado un gran ambiente que le ha animado a encerrarse con seis novillos en Moita el 19 de septiembre: "Creo que es un momento bueno, estoy muy fuerte, entreno todos los días. La empresa me lo ofreció y yo no dudé en decir que sí porque ésos son los gestos que marcan la diferencia. Me siento preparado y creo que todo va a salir bien", señala el torero.
Moura se considera listo para esta cita trascendental e incluso ya piensa en empresas mayores. En cualquier caso, se queja de la falta de oportunidades para mostrar su toreo: "Lo que faltan son citas, esto de la crisis también se ve reflejado en nuestra profesión. Aunque lo cierto es que tengo un mes de septiembre muy bueno. Voy a ir a las principales ferias de novilladas en España y Portugal, y si todo sale bien habrá que ir pensando en la alternativa para el próximo año".
El novillero luso analiza la difícil situación del toreo a pie en su país. "Está un poco olvidado", señala Moura, que es optimista con el aire renovado que están trayendo diestros como Pedrito de Portugal y la eclosión de un grupo de novilleros que luchan por abrirse paso. "Eso es muy bueno para la afición portuguesa. A ver si los empresarios se suben al carro y organizan más corridas a pie, que aquí solo quieren rejones", señala Moura, que recalca que "si quieres ser figura del toreo, tienes que ir a España".
Este domingo tiene una cita en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla con los exigentes novillos de Cebada Gago. Este joven toreó la temporada pasada un total de 18 novilladas y cortó 33 orejas. Su apoderado es el taurino sevillano Luis Garzón.
