Si existe la amistad política, el ministro de Fomento, José Blanco, parece un campeón en la materia, porque en la sesión de control del Congreso, y en ausencia del presidente Zapatero, el número dos del PSOE actuó ayer como su mejor paladín al defender el ajuste económico del Gobierno con el mayor ahínco y entusiasmo.
Y lo hizo frente a los diputados del PP que le dirigieron numerosas preguntas sobre las polémicas medidas, y ante los de ERC y PNV, preocupados por el alcance del recorte de inversiones públicas. Con todos fue rotundo a la hora de justificar los planes del Gobierno, si bien con los populares se esforzó especialmente, hasta el punto de pedirles que voten sí al ajuste para practicar el "patriotismo del bueno" en vez de su "patriotismo de pacotilla".
Las palabras de Blanco causaron ruidosas protestas en los escaños del PP y un ambiente de bronca cada vez que hablaba. "Si la demagogia cotizara en bolsa, sólo con las intervenciones del señor Rajoy estaríamos en máximos históricos", fue una de las sentencias del ministro.
Los diputados del PP estaban particularmente molestos por la "espantada" de ministros en la sesión, a la que además de Zapatero faltaron las dos vicepresidentas debido a diferentes compromisos europeos.
