Economía

Jóvenes, pymes y fusiones de empresas serán los ejes del nuevo desarrollo rural andaluz

El plan que ultima la Junta de Andalucía concibe un campo muy empresarial con una clara apuesta por los emprendedores y por la concentración de la oferta.

el 24 jul 2014 / 11:00 h.

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La Junta de Andalucía presentará en los próximos días su nuevo Plan de Desarrollo Rural (PDR), el documento que recogerá las estrategias y prioridades de los fondos europeos –cofinanciados por las administraciones central y regional– de aquí a 2020. Si bien el Gobierno autonómico no está de acuerdo con el reparto del dinero aprobado por el Ejecutivo español, al considerar que esta comunidad sale perdiendo, no tiene más remedio que concebir un proyecto cuyo borrador, al que ha tenido acceso este periódico, otorga preferencia a los jóvenes, las pymes, la agroindustria, el medio ambiente y la agricultura ecológica. Estamos hablando de 1.906 millones de euros en ayudas públicas –más otros 877 aún no gastados del marco presupuestario anterior, 2007-13– para un entorno rural andaluz que, ojo, ha ganado población en los años de la Labores de poda en una explotación agrícola de la localidad sevillana de Alcalá del Río. / PEPO HERRERA Labores de poda en una explotación agrícola de la localidad sevillana de Alcalá del Río. / PEPO HERRERA crisis económica. Inversiones En el apartado de las inversiones para la mejora de las explotaciones agrarias y la comercialización de sus productos, se identifican «grupos de especial interés» para Andalucía: jóvenes (impulsar tanto el relevo generacional como la gestación de nuevas empresas), regantes (ahorrar agua), propietarios de dehesas (apoyo diferenciado para preservar el ecosistema), y agricultores de cultivos intensivos (trato reforzado al ser la actividad que más empleo y riqueza genera). Al margen de estas inversiones productivas, se contempla un mimo específico para evitar la erosión de los suelos, conservar la vegetación arbórea y el paisaje y concebir acciones contra los efectos del cambio climático. «En definitiva, las inversiones en activos físicos deben llevarse a cabo con el fin de mejorar el rendimiento económico y medioambiental de las explotaciones agrícolas y las empresas rurales, mejorando la eficiencia de la comercialización de productos agrícolas, su manufactura, proporcionar la infraestructura necesaria para el desarrollo de la agricultura y la silvicultura y apoyar las inversiones no productivas necesario para alcanzar los objetivos medioambientales», recoge el borrador. ¿Qué se subvencionará? Desde la adquisición de maquinaria y de equipos tecnológicos hasta la implantación de procesos que reduzcan costes en el campo o en la agroindustria, pasando por la eficiencia energética las auditorías ambientales y energéticas o la determinación de las huellas hídricas y de carbono para diferenciar los productos al venderlos. Municipios Diríase que éste es un compendio de ideas con mucha filosofía. Sí, pero afloran estrategias nuevas: el campo considerado como empresa, la cultura emprendedora y el cambio climático. Esto último no quita para que se siga apostando por la dotación de servicios básicos en los pueblos andaluces. El documento habla de «inversiones en la creación, mejora o ampliación de servicios básicos locales para la población rural, incluidas las actividades recreativas y culturales, y las infraestructuras correspondientes». Calidad de vida, sí. Pero aflora de nuevo la polémica sobre las discutidas construcciones de tanatorios o polideportivos sufragadas con estos fondos europeos. Y se hace especial énfasis en el turismo rural sostenible en los espacios naturales protegidos, la recuperación de las vías pecuarias e incluso la expansión de los huertos urbanos. «La creación de infraestructuras verdes aporta múltiples servicios frente a la gris. Contribuyen a alejar las infraestructuras de las zonas sensibles, reduciendo el riesgo de una ulterior fragmentación de los hábitats». Corredores frente a carreteras. No todo con dinero, y aquí surge otra novedad. «Es crucial el desarrollo de programas de educación, sensibilización, participación y voluntariado ambiental». Y también dentro de la inversión figuran las subvenciones para el traslado de actividades agrarias e industriales (fábricas) fuera de los núcleos urbanos. A nadie se le escapa la incomodidad de algunas instalaciones, como las plantas de aceite o de aderezo de aceituna o las granjas de cerdos. Emprendedores «Tanto la mejora de la formación, adaptabilidad y empleabilidad del capital humano como el refuerzo de la competitividad de las empresas del complejo agroalimentario, sector forestal y medio rural, suponen esfuerzos dirigidos al desarrollo de una cultura emprendedora al propiciar la reorientación de actividades tradicionales, así como la explotación de nuevas iniciativas u oportunidades de negocio que surjan en el medio rural, generando nuevos yacimientos de empleo en los entornos rurales». Jóvenes y bien preparados, dice el documento, son las claves «para mantener la actividad profesional de las explotaciones y evitar su abandono, ampliando con ello, sus expectativas laborales». Siempre con una clara vocación al mercado y diversificando las producciones agroganaderas. «Es clave el mantenimiento de la actividad en las explotaciones [para] evitar la despoblación y el abandono de los territorios rurales. Repercute positivamente a su vez en la conservación de los agrosistemas y su biodiversidad (medio ambiente, así como mitigación del cambio climático y adaptación a las consecuencias del mismo), a través de la incorporación de jóvenes agricultores», reseña. Pymes Típico en el campo: heredar una finca sin saber gestionarla. Se incentivará, pues, el establecimiento de servicios de gestión, sustitución y asesoramiento en explotaciones agrarias y forestales, como paso previo a la transmisión a los titulares de explotaciones agrarias y forestales de una gestión sostenible y el rendimiento económico y medioambiental de las explotaciones agrarias y forestales, así como otras pymes que operan en las zonas rurales». Una labor de asesoría que incluye desde cómo montar una empresa hasta lo esencial de su contabilidad, pasando por la I+D aplicada o la gestión medioambiental y los sistemas de calidad. Bosques El nuevo PDR habla de reforestación pero también de creación de más masas de bosque como sumideros de carbono, así como la potenciación de la dehesa y el pastoreo como mecanismo de prevención contra incendios y la potenciación del uso de la biomasa para la generación energética. Y a destacar, la utilización del biogás de vertederos de basura. En el marco también del medio ambiente, apuesta por la apicultura, las razas ganaderas autóctonas, la agricultura ecológica, las producciones integradas (semiecológicas), el control biológico de las plagas y el bienestar animal. Agroindustria «La atomización de la oferta y su estacionalidad impiden el desarrollo de actividades compartidas en la distribución y comercialización, lo que contribuye a un circuito comercial poco adecuado». Es aquí donde estriba uno de los principales ejes del plan: el enfoque hacia el mercado. Las ya anunciadas ayudas para los procesos de concentración de la oferta y la comercialización conjunta, y se citan como prioritarios el aceite de oliva y la aceituna de mesa. Y dentro de la comercialización, más internacionalización (ventas en el extranjero) y creación de «mercados locales».

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