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Juan Ramón Jiménez enseña a los alumnos a resolver conflictos

La compañía de teatro Titirimundi prepara en Montequinto la obra Dos Hermanas camina... hacia la resolución de conflictos. Y lo hace con las creaciones del poeta Juan Ramón Jiménez como inspiración para resolver sus problemas. Se trata de una obra interactiva que enseña a convivir.

el 15 sep 2009 / 00:56 h.

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La compañía de teatro Titirimundi prepara en Montequinto la obra Dos Hermanas camina... hacia la resolución de conflictos. Y lo hace con las creaciones del poeta Juan Ramón Jiménez como inspiración para resolver sus problemas. Se trata de una obra interactiva que enseña a convivir.

El director de Titirimundi, Juan Manuel Álvarez, explica que la exposición empezó a raíz de unos cuadros que el grupo de Dos Hermanas Ventana Plástica hizo de los poemas del autor en la conocida obra Platero y yo. Luego, el teatro y el Gabinete Psicopedagógico de Dos Hermanas se pusieron de acuerdo para hacer una exposición que enseñara a los estudiantes de quinto y sexto de educación Primaria normas básicas de la resolución de conflictos, en las que se tratan temas como la inmigración, los debates, el respecto y la igualdad.

La exposición comienza con unos cuadros de El camino, un poema del autor de Moguer (Huelva)que "abre el sendero a la resolución de conflictos". Los niños ven acrobacias de circo de una actriz que tiene que hacer el pino -boca abajo- siguiendo el verso "cuando derrama la cabellera de fuego en la alfombra".

Entonces, Edgardo Segura, que interpreta a Juan Ramón Jiménez, empieza a hablar con los niños para que le ayuden a resolver los conflictos que se encontrarán a lo largo de la exposición. El actor comenta que la interpretación interactiva "suelen marcarla los niños". Él debe ser lo más fiel posible a los personajes, pero son "las preguntas de cada niños las que hacen seguir la historia", según cuenta.

Uno de los cuadros que se encuentran es el de Las golondrinas, poema que aparece en la inmortal obra del genial escritor Las aves pían mucho y cantan mucho, pero no se escuchan las unas a las otras. Entonces el propio poeta es quien explica que a veces es necesario escuchar y no cantar tanto, como hacen las golondrinas.

Posteriormente, se explica el respeto con otra función. Un actor empieza a poner sellos a todos los alumnos, en los brazos, la cara o el cuerpo. Y de nuevo poeta es quien tiene que exponer que hay que ser respetuoso con los demás, y no se deben "sellar" ciertas cosas sin pedir permiso.

En este sentido, los impulsores del programa precisan que pese a que el poeta es uno de los grandes nacidos en el siglo XIX, sus escritos sirven para tratar temas de hoy día, como el que se ve al final de la exposición cuando se analiza el cuadro La verja cerrada, donde se habla de que no hay que dar la espalda a otras personas, sino "caminar con la verja abierta y tratar de absorber todas las culturas". La exposición está enfocada a aceptar la cultura gitana, que es de la que se habla, pero puede extrapolarse a cualquier otra etnia.

Tras haber visto todos los cuadros, las interpretaciones y los conflictos que hay que resolver, los niños vuelven a sus colegios donde los profesores deben hacer reflexionar sobre lo presenciado, y a lo largo de este mes se tratará de concluir el trabajo con un encuentro de todos los centros escolares en el que los estudiantes deberán resolver algún conflictos que se les presente.

"La parte artística de la exposición no está reñida con la educativa, si bien cuando se tratan con los niños ciertos temas, como el sexo, cortan un poco más, concluye el director de la compañía de teatro.

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