"A por ellos, a matarlos". Fue el grito de guerra con el que 20 jóvenes encapuchados saltaron el pasado domingo al campo de fútbol 'El Fontanal' de Chiclana donde se disputaba un partido entre los juveniles del equipo local y del Conil. Un joven de 17 años está ingresado con una fisura en el cráneo a causa de esta reyerta que comenzó en una discoteca.
Cuatro de los agresores, de Chiclana (Cádiz) y menores, ya han sido identificados por la Guardia Civil aunque, al cierre de esta edición, no habían sido detenidos. Se les acusa de formar parte del grupo que la emprendió a golpes con miembros del conjunto visitante a pesar de que los chiclaneros iban ganando por una diferencia de tres goles a cero. Con el rostro cubierto por pasamontañas, bajaron al césped en el minuto 55 de la segunda parte con palos de golf, bates de béisbol y cadenas.
La peor parte se la llevó un jugador del Conil, Juan Román, que sufrió un fuerte golpe en la cabeza con un palo de golf cuando fue a ayudar a un compañero que recibía una paliza. "Fui a quitarlo de allí porque lo iban a matar", señaló el menor, que fue trasladado por su padre al hospital de Puerto Real y, tras comprobar que tenía un fisura en el cráneo, ingresó en el Puerta del Mar, en Cádiz. El joven necesitó nueve puntos de sutura. Otros compañeros del equipo también resultaron heridos, y el segundo entrenador, Daniel Peces, recibió una pedrada.
Al parecer, el origen surgió en una pelea al margen de lo deportivo, hace unos 15 días en una discoteca de Conil entre los agresores, de Chiclana, y al menos uno de los jugadores del conjunto conileño. Un miembro del equipo, Juan, reconoce haber oído a sus compañeros que recibieron amenazas de muerte tras una discusión en una discoteca, pero él no estuvo presente. El secretario técnico del Conil, Hilario Basallote, dice que los jugadores le habían trasladado este temor el viernes. "No le dimos importancia, pero parece que todo estaba bien planeado", dijo.
