Julia Navarro (Madrid, 1953) se considera "una periodista de la Transición", un período de nuestra historia reciente que fue "una obra de arte", gracias en gran medida "a los políticos de izquierdas", según ella misma afirma. Es quizás esta generación de escritores -o de "periodistas que escriben novelas", etiqueta bajo la cual también se reconoce la autora- la más marcada por el negrísimo capítulo de la Guerra Civil; de ahí a que no haya novelista de mediana edad que no tenga su propia obra sobre la contienda nacional.
Después de tres exitosísimos libros publicados y traducidos a más de treinta idiomas -La hermandad de la Sábana Santa, La Biblia de barro y La sangre de los inocentes-, Julia Navarro acaba de publicar Dime quién soy (Plaza y Janés), su propia novela sobre la Guerra Civil; eso sí, enmarcada dentro del convulso contexto europeo de la época. "El siglo XX es tan trágico como apasionante; tan rico en acontecimientos tan trágicos, que no quería dejar pasar por alto nada de lo que ocurrió en todo el continente", explicó ayer la autora en Sevilla, a donde acudió a promocionar un libro que salió a la calle con una excepcional tirada de 200.000 ejemplares y que ya alcanza (dos semanas después de su publicación), la tercera edición.
Sin embargo, esta legión de lectores que le profesan fidelidad encontrará en Dime quién soy un cambio de registro respecto a sus novelas anteriores. "Es casi un punto y aparte, una novela más introspectiva, con una enorme carga política y un posicionamiento claro en contra de los totalitarismos; pero también un reto absolutamente ambicioso: retratar el siglo XX a través de unos personajes más complejos", explica Navarro, que asegura no estar preocupada por la reacción de sus lectores: "Es diferente a las anteriores, pero creo que es una buena novela, confío mucho en ella. Estoy muy contenta con el resultado final, así que espero que los lectores y yo volvamos a encontrarnos".
Dime quién soy, que supera las mil páginas, narra la historia de un periodista, Guillermo, que recibe una propuesta para investigar la vida de su bisabuela, Amelia Garayoa, de la que lo único que saben en la familia es que huyó de España antes de que comenzara la Guerra Civil, abandonando a su marido y a su hijo, por lo que se verá obligado a bucear en el pasado, reconstruyendo su vida desde sus comienzos.
Marcada por los hombres que pasaron por su vida -el empresario Santiago Carranza, el revolucionario Pierre Comte, el periodista estadounidense Albert James y el médico militar vinculado al nazismo Max von Schumann-, "y que son los verdaderos protagonistas del libro", la historia de esta mujer se inicia en la España republicana y llega hasta la caída del muro de Berlín, pasando por la Segunda Guerra Mundial y los oscuros años de la Guerra Fría. "Es una novela muy viajera y, concretamente, muy berlinesa. Berlín es el eje del libro, y allí he viajado en varias ocasiones durante los dos años de escritura. Es la ciudad más vanguardista y transgresora de Europa, una ciudad apasionante; la verdadera capital del continente", afirma la autora, que es optimista respecto a la evolución histórica y política de España y Europa.
En concreto, y volviendo al tema de la Guerra Civil -"la parte de la novela que más me preocupaba", confiesa la autora, que no quería originar ninguna polémica"-, Julia Navarro cree que la contienda española "es algo que está superado". "El debate de la clase política es una cosa, pero la realidad social es otra distinta; nadie está ya preocupado por esto". Ahora bien, y lo dice la autora madrileña sin prejuicios ni alineaciones políticas: "Si yo tuviera a mi abuelo enterrado en una cuneta, querría rescatarlo. Pero eso no es una afrenta contra nadie; es un derecho que debe ser respetado", explica Julia Navarro en alusión a la Ley de la Memoria Histórica.
