El presunto criminal de guerra serbobosnio, Radovan Karadzic, fue extraditado el miércoles desde Belgrado al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), en La Haya. Se le imputan 11 delitos, por los que será juzgado por genocidio durante la guerra de Bosnia (1992-1995).
La agencia serbia Tanjung indicó que un convoy de cuatro vehículos todoterreno partió del Tribunal de Belgrado a las 3.45 hora española para escoltar a Karadzic hasta el aeródromo de la capital serbia. Ya a las 4.20 horas despegó el avión. La portavoz del TPIY, Olga Kavran, señaló que Karadzic "llegó a la prisión de Scheveningem cuando se emitió el comunicado" de anuncio, lo que sucedió a las 7.50 horas.
Inmediatamente fue internado en una celda del centro de detención de Naciones Unidas en Scheveningen (junto a La Haya).
La decisión sobre su extradición fue firmada por la ministra serbia de Justicia, Snezana Malovic, tal y como está previsto por la ley. Previamente, el Tribunal de Belgrado tuvo que determinar que se cumplen las condiciones para su traslado al TPIY.
El juicio dará la oportunidad a la Fiscalía de procesar a un ex alto cargo serbobosnio por el genocidio en Srebrenica, después de no haber podido condenar al ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic. La causa comienza hoy mismo con la primera comparecencia de Karadzic ante los magistrados, en la que la opinión pública verá al antiguo líder serbobosnio despojado de la barba y las grandes gafas en las que se refugiaba bajo la identidad del médico naturista Dragan Dabic.
El proceso de Karadzic tiene muchas similitudes con el juicio de Milosevic, fallecido en su celda del TPIY en extrañas circunstancias en 2006, tanto por la naturaleza de los cargos que se le imputan como por las personalidades y responsabilidades de mando de los acusados. Así, el líder serbiobosnio ha pedido, al igual que el ex presidente, ejercer él mismo su defensa.
Cuando Milosevic falleció de un infarto -hay teorías que aseguran que fue un suicidio- muchos expertos criticaron la falta de eficiencia de la Fiscalía, entonces encabezada por Carla del Ponte, a la hora de presentar su caso, que se prolongó años. De ahí que el sucesor de Del Ponte, Serge Brammertz, subrayase ayer la intención de la Fiscalía de conducir su causa "con la mayor eficacia", reconociendo que se debe aprender de los fallos del pasado.
Testigos. El fiscal del TPIY adelantó que pretende enmendar el acta de acusación para, entre otras cosas, introducir "hechos ya establecidos por la corte e incluir las pruebas recogidas durante los últimos ocho años". También adelantó que su equipo intentará que los magistrados acepten en la fase preliminar algunas pruebas y, así, reducirlas durante el juicio.
En esta etapa, que se puede decir que arranca hoy con la primera comparecencia de Karadzic, las partes se pondrán de acuerdo en fechas, números de testigos y tiempo disponible para el fiscal. En su primera comparecencia, el acusado tendrá la oportunidad de declararse culpable o inocente de los 11 cargos de los que se le acusa y entre los que destaca el de genocidio por la muerte de casi 8.000 musulmanes varones, incluidos niños, en Srebrenica en 1995. Eso sí, realmente dispone de 30 días para responder por ello.
Se le inculpa, además, de crímenes de guerra por utilizar a 284 soldados de las fuerzas de la ONU como escudos humanos, cuando el Ejército serbobosnio temía la intervención de la OTAN contra sus posiciones.
Sin atreverse a augurar cuánto durará el juicio, Brammertz remarcó que el proceso es "complicado", entre otros aspectos porque "hay que probar la relación entre los cargos y la capacidad de mando del individuo". Los fiscales no tendrán que probar, sin embargo, que en Srebrenica hubo genocidio, lo cual ya fue aceptado en la sentencia en apelación al general serbobosnio Radislav Kristic, emitida en 2004.
