Cultura

La Abadía trae a un Don Juan a ritmo de 'reggae'

No hay plumas, ni espadas, ni capas pero basta ver cómo anda el caballero, aunque se encuentre en la barra de un bar, para reconocer que se trata de un donjuán. El Burlador de Sevilla o el convidado de piedra estará hoy y mañana en el Teatro Central.

el 15 sep 2009 / 03:23 h.

No hay plumas, ni espadas, ni capas pero basta ver cómo anda el caballero, aunque se encuentre en la barra de un bar, para reconocer que se trata de un donjuán. El Burlador de Sevilla o el convidado de piedra estará hoy y mañana en el Teatro Central y la compañía La Abadía, con José Luis Gómez a la cabeza, propone una puesta en escena a cargo del director británico Dan Jemmet, uno de los más demandados de la escena europea, que se aleja de la grandilocuencia y el arcaísmo propio del Siglo de Oro.

El actor Antonio Gil, que se pone en la piel de Don Juan (que aunque en verso, se aleja mucho de lo convencional) alabó que el director no conociera la obra antes del montaje, puesto que le ha permitido ir directamente a la raíz del mito, lo que les ha hecho apreciar la atemporalidad de la obra en sí. "El afán de Dan de aproximarse a los clásicos desde un punto de vista desacralizador nos ha servido para poder desentrañar lo esencial que hay en ellos del ser humano, y que no tiene ni tiempo ni lugar histórico".

Aunque estéticamente parece estar situado en los años 40, la vestimenta y los ritmos de rock steady (género que dio origen a la música reggae y ska) así lo atestiguan, se trata de otra artimaña artística para desorientar al espectador y evitarle que juzgue en base a prejuicios.

"Don Juan era un rebelde, que no aceptaba normas e intentó burlar todo lo establecido. No le importaba deshonrar a la novicias o retar incluso a la misma muerte, era un revolucionario. La actualidad que tiene el personaje deviene de la esencia misma del ser humano". "Por eso hoy, Don Juan sería Don Juana", según Antonio Gil, ya que "el inconformismo no distingue de sexos y estaría en una bar huyendo de la realidad, en un romántico carpe diem. La actitud de burlar a la vida, reírse de ella es la misma que muchos jóvenes adoptan huyendo de una relaidad que no les gusta".

Ester Bellver, una veterana en las filas de La Abadía y actriz que da vida a la mancillada Doña Inés, indicó que El Burlador de Sevilla es "un mosaico de personajes solitarios que atraviesan las cortinas de su individualidad para contar sus desdichas en verso", por lo que cualquier persona que atienda a la obra puede identificarse con las pasiones que allí se cuentan.

Es por ello que el texto se ha respetado casi al completo, aunque haya habido que reducir el tempo de la obra debido a que "el público actual pierde la atención después de una hora y media".

La problemática del verso, que tanto rechazo produce en algunos y tan atractivo parece para otros, se ha resuelto esta vez poniendo más énfasis al sentido que a la "dicción normalizada". Una licencia que se han permitido los actores.

Manuel Llanés, director del Teatro Central, destacó que El Teatro de la Abadía lleva años siendo un componente indispensable en la programación del circuito de artes provincial. "Desde la administración hemos intentado traer al Teatro Central lo más innovador de la escena actual, sin olvidarnos nunca de la calidad. Es por eso que este escenario se tilda como idóneo para representar un montaje tan arriesgado", añadió.

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