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La altura de miras también se premia

Por fin el gobierno ha movido ficha, aunque ha servido para poco, y ha anunciado una serie de medidas destinadas a paliar las dificultades que la crisis financiera está provocando en bancos, cajas de ahorros y empresas en general. Dicho de forma simple, se trata de inyectar liquidez, dinero en definitiva, en el mercado bancario español por parte del Tesoro Público.

el 15 sep 2009 / 16:34 h.

Por fin el gobierno ha movido ficha, aunque ha servido para poco, y ha anunciado una serie de medidas destinadas a paliar las dificultades que la crisis financiera está provocando en bancos, cajas de ahorros y empresas en general. Dicho de forma simple, se trata de inyectar liquidez, dinero en definitiva, en el mercado bancario español por parte del Tesoro Público.

Y también se eleva de 20.000 a 100.000 euros por persona la garantía de los depósitos, al igual que están haciendo otros países europeos. Se trata con esto de despejar el clima de desconfianza y evitar el pánico, infundado pero real, de millones de pequeños ahorradores.

El anuncio de estas medidas -ya veremos luego de qué forma se concretan- se hizo el día después de la reunión de Zapatero con algunos presidentes de entidades bancarias y de ahorro -por cierto, que para muchos fue una sorpresa la presencia de Braulio Medel, pero hay que alegrarse de que se cuente con una caja andaluza- de lo que es fácil deducir que la iniciativa gubernamental responda a las peticiones de los responsables financieros.

Pero es evidente que se ha perdido un tiempo precioso, y que en la indecisión del gobierno, mantenida a lo largo de los meses, primero negándose a reconocer lo obvio y, después, a presentar, como se ha hecho ahora, acciones concretas para hacer frente al problema, ha estado el origen de ese clima de desconfianza que ha agravado la ya de por sí preocupante crisis real.

Si de lo que se trata es de infundir tranquilidad, el gobierno debería tener muy en cuenta la necesidad de un acuerdo con el principal partido de la oposición, de forma que los ciudadanos, ahora mismo, agobiados por el presente y angustiados por el futuro, perciban una respuesta conjunta que les ayude a recuperar la confianza que van perdiendo día a día.

Este es el momento del liderazgo social, que es algo mucho más profundo que el simple ejercicio del poder político. Y ese liderazgo se adquiere con posturas firmes, decididas y valientes, en momentos de dificultad, y se pierde cuando, en circunstancias como las que vivimos, el ciudadano percibe la indecisión, la inhibición o el miedo. Y eso se huele igual que se huele cuando, ante asuntos graves de interés general, se intentan imponer puras estrategias de partido.

Por eso es necesaria la respuesta conjunta. Pero desde la convicción y el acuerdo, no desde la imposición, que es lo que supone lo ya tan visto de lo tomas o lo dejas. Todo este tiempo que llevan perdidos sin adoptar medidas contundentes, se podría haber utilizado para conseguir un acuerdo básico entre gobierno y oposición, teniendo en cuenta que quién gobierna es quién tiene que dar el primer paso hacia el consenso. Y que nadie olvide que la altura de miras también se premia.

Periodista

juan.ojeda@hotmail.es

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