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La avaricia es algo bueno

 Michael Douglas vuelve a interpretar al personaje que le valió el Oscar al Mejor Actor.

el 08 oct 2010 / 09:32 h.

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"La avaricia es buena. La avaricia funciona. La avaricia clarifica, lo deja todo claro y captura la esencia del espíritu evolutivo. La avaricia, en todas sus formas -avaricia por la vida, por el dinero, por el amor, por el conocimiento- ha definido el ascenso meteórico de la humanidad".
Gordon Gekko.Wall Street (1987).

Con miras a tenerla fresca con vistas a poder compararla con lo que esta segunda parte llegue a ofrecernos, hace unas pocas semanas adquirí Wall Street en Blu-ray, una cinta que no veía desde principios de los 90 y de la que, todo sea dicho, no guardaba un grato recuerdo. Pero claro, tengamos en cuenta que cuando la vi por primera vez no era más que un adolescente que se bebía todo el cine que podía y cuya capacidad de comprensión para los conceptos económicos que se manejaban en el complejo filme era prácticamente nula.

Veinte años después no es que me haya convertido en un experto en economía (ni mucho menos) pero la edad sí me ha servido para marcar una diferencia a la hora de poder apreciar en su justa medida una cinta prodigiosa en lo narrativo y u n retrato como pocos ha habido sobre los 80 y la cultura del dinero y la avaricia: 23 años no han sido capaces de apagar la llama que sigue candente en una cinta que, hoy más que nunca a tenor de la crisis económica mundial, no ha pasado de moda y demuestra, más allá de toda duda razonable, cuán merecido fue el Oscar que Michael Douglas recibió como Mejor Actor Secundario, por más que dicha estatuilla fuera muy discutida en aquel entonces.

Como decía, han pasado ya 23 años y a Oliver Stone le ha dado tiempo de hacer de todo (ver cuadro adjunto), y al realizador jamás se le habría ocurrido volver a uno de sus mejores filmes ya que, como él mismo afirma, "cuando hice Wall Street quise ver la guerra en casa, por decirlo de alguna manera, la guerra en la jungla financiera de Nueva York, que es mi hogar. La hice como si fuera una fábula moral, pero creo que terminó malinterpretándose como un elogio hacia el tipo de vida del broker".

Entendiendo este comentario como una declaración de principios, resulta extraño que Stone se haya decidido finalmente a ponerse a cargo de esta segunda entrega de Wall Street, cuyo guión, escrito por Allen Loeb (21: Black Jack), se ponía en marcha precisamente por la caída del mercado de valores que empezó en 2008. Y si bien el cineasta no miró con buenos ojos inicialmente el retomar al personaje de Gordon Gekko, lo cierto es que poco tiempo pasó hasta que se dio cuenta de que había una nueva historia que contar que bien podría reflejar la situación económica actual.

"El cataclismo que tuvo lugar en 2008 lo hizo todo muy interesante, porque desveló las grietas del sistema... Lo que me dejó impresionado fue la acumulación de riqueza que sucedió durante las décadas de los 90 y 2000. Las cifras aumentaron y aumentaron, de forma que los millones de dólares se convirtieron en billones de dólares. Y la avaricia de Gordon Gekko (ésa de la que se saca la frase más famosa de la primera entrega) fue sustituida por la avaricia de los bancos. En 2008, los Gordon Gekko ya no eran posibles. El personaje, esa especie de pirata, había desaparecido, siendo reemplazado por instituciones que antes eran reguladas. En el pasado, un banco era un banco y una compañía de seguros era una compañía de seguros. En 2008 todo cambió. La protección entre esas funciones fue destruida debido a las desregulaciones aprobadas durante los años 80 y 90".

Con todo este trasfondo llega ahora esta Wall Street: el dinero nunca duerme, que arranca en 2001 cuando Gordon Gekko (Michael Douglas), tras cumplir condena por fraude financiero, blanqueo de dinero y asociación ilícita, sale por las puertas de la prisión federal de Sing Sing siendo un hombre completamente distinto. Ya no es el rey de Wall Street. Está sin afeitar y despeinado. Nadie ha venido a recogerle, ni siquiera su hija Winnie, de la cual se ha distanciado, ni ninguno de sus colegas de Wall Street, que durante su ausencia se han mantenido ocupados amasando fortunas cada vez más inmensas. Después de ocho años de prisión, ahora Gekko está solo y es un completo desconocido.

En 2008, Jake Moore (Shia LaBeouf), un joven e inteligente agente de patentes, está ganando millones en la respetable firma Keller Zabel Investments, que dirige Louis Zabel (Frank Langella), el mentor de Jake. Entretanto, la novia de Jake, Winnie (Carey Mulligan), le anima a perseguir su objetivo -sustentado en un idealismo que ella echó de menos en su padre, Gordon- de invertir en energías limpias.

Una ola de rumores relativos a que Keller Zabel acumula miles de millones de activos tóxicos provoca de repente la caída en picado del valor de las acciones de la compañía, y Louis Zabel se ve forzado a luchar por la subsistencia de su empresa ante la Reserva Federal. Cuando el gobierno le niega el rescate financiero, Bretton James (Josh Brolin), accionista del poderoso banco de inversiones Churchill Schwartz, decide adquirir Keller Zabel por mucho menos de su valor.

Jake, profundamente endeudado también ahora, con riesgo de perder su empleo y afligido por la muerte de su mentor, asiste a una conferencia de Gordon Gekko en la Universidad Fordham, donde está promocionando su nuevo libro: ¿Es buena la codicia? A lo largo de su charla, Gekko señala que la codicia ya no es que sea buena sin más, es que es absolutamente legal, y que se ha generado un cáncer dentro del sistema financiero, con una desenfrenada especulación y el aumento del endeudamiento, que arrastrará a la economía americana hacia la perdición.

Sin saberlo Winnie, Jake decide ir a ver a Gekko y se ofrece a ayudarle a recomponer la relación con su hija; a cambio, Gekko le revela a Jake por qué Louis Zabel fue traicionado por sus colegas de la banca. De esta forma se establece una alianza cuyo objetivo para Jake es vengarse por la destrucción de Keller Zabel, así como ayudar a Gekko a reconciliarse con su hija Winnie. ¿Pero de verdad Gekko ha mudado su piel de serpiente? La respuesta, en el filme...

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