La biografía de un pollo de engorde

Incubadora, granja y matadero es el ciclo natural de un animal que vive cincuenta días como máximo.

el 04 dic 2011 / 19:30 h.

Pollos en una nave avícola.

Barata, fácil de producir y con el sello de saludable por sus pocas calorías. La carne de ave es la más consumida en fresco, la segunda en general tras el deseado cerdo. La crianza de pollo de alta selección genética -conocido como broiler - predomina en el sector avícola sobre pavos, patos, gansos... En Sevilla se sacrificaron 77.925 broilers, 181.016 en toda Andalucía, según la encuesta anual 2010 del Sacrificio de ganado en mataderos que realiza el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.

"Lo de las hormonas es una leyenda", asegura José Luis Raigada, este empresario que lleva más de una década al frente de su granja en Castilblanco de los Arroyos. "Hay un nutricionista que diseña la fórmula a base de soja y trigo, más varios correctores autorizados", explica Raigada, que forma parte de la Asociación de Avicultores Centro-Sur. "Saco al año cinco camadas de 23.000, que vendo a mataderos andaluces y extremeños".

"Ahora se ponen dos vacunas al propio huevo y otra recién nacido el animal, en el cuello", señala el granjero. Las medidas sanitarias y veterinarias han mejorado la rentabilidad y la calidad de la carne. Con tan sólo un día de vida los pollos, machos y hembras, llegan a esta granja de Sevilla desde Portugal. "Están comiendo siempre, por la noche con una luz blanca los primeros 15 días y, después, una luz roja más tenue, que no es tan estresante", explica el propietario. Una granja avícola es una vivienda de alto diseño tecnológico que cuenta incluso con su propia estación meteorológica. Ese pequeño universo está dirigido por un ordenador central omnisciente y omnipotente, que cada dos minutos revisa las condiciones de temperatura, humedad y ventilación.

"Es muy importante la ventilación porque las aves producen muchos gases y amoniaco", sostiene Raigada. Las ventanas automáticas y un sistema de refrigeración de fina pulverización, junto a grandes ventiladores, crean las condiciones adecuadas en la nave. "Hay que evitar que se asfixien, tanto el calor como el frío son perjudiciales", detalla.

La rentabilidad media oscila en un kilo de carne por cada dos de pienso. "A los 35 o 40 días saco un camión de pollos para asador, con unos 2 kilos de peso; a los 50 días, ya con 3 kilos sacamos el resto". Otras explotaciones apuran los plazos hasta los 45 días.

No hay rebelión en la granja, los animales se cargan a mano por la noche, cuando ven menos, y para garantizar el transporte sin el asedio del calor. El pollo llega al matadero y entra en la cadena de sacrificio de madrugada. A primera hora de la mañana, la carne fresca ya la tienen los distribuidores. Aquí finaliza la acelerada e intensa vida de un animal cuya biografía está dictada: salir del cascarón, engordar y entrar por la puerta del matadero. Comienza de nuevo la limpieza y desinfección del hogar para recibir a otros inquilinos.

La moraleja de esta fábula podría ser la brevedad de la vida, el acelerado e intenso viaje de ida y vuelta. Si hasta con 30 años se puede obtener todavía el carné joven europeo en el Instituto Andaluz de la Juventud, con 50 días un pollo de engorde va al matadero en plenas facultades. "En la crianza no hay muchas bajas, ya que no les da tiempo a desarrollar enfermedades", explica.

Recientemente la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha alertado a las autoridades sanitarias y a los productores avícolas de la posible vuelta de la gripe aviar. "Aquí no sufrimos eso", afirma José Luis Raigada, "casi nos arruinaron la otra vez, es pura especulación con el precio de los cereales".

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