La resaca del pim, pam, pum que protagonizaron PSOE y PP en el pleno del Parlamento, echándose en cara denuncias de corrupción, saltó ayer a otro escenario: el de la igualdad de género. Después de que los dos partidos declararan la guerra abierta con un duro enfrentamiento dialéctico entre ambas filas -los primeros espadas no entraron al trapo- la bronca se ha mudado del caso Gürtel y la subvención a la empresa de la hija de Chaves a las acusaciones por machismo.
En un acto con el presidente andaluz, la diputada socialista Verónica Pérez quiso echar un capote a su compañera Bibiana Aído, ministra de Igualdad, que, a su juicio, está "sufriendo una cruzada" por parte del PP. No le extraña, dijo, la "campaña" contra la gaditana, maquinada por un partido "machista" que está dirigido por un "misógino como Javier Arenas".
"Bibiana Aído ha cometido tres pecados: ser socialista, ser andaluza y ser mujer", aseguró la secretaria de Políticas de Igualdad del PSOE-A. Los populares no tardaron en responder. La réplica vino de la portavoz parlamentaria, Esperanza Oña, que en el debate parlamentario fue una de las protagonistas de la gresca.
La alcaldesa de Fuengirola ha cogido las riendas de la estrategia del ventilador que han iniciado los populares. El jueves cargó duramente contra el consejero de Gobernación, Luis Pizarro, al que acusó de "colocar" a su mujer en la Diputación de Cádiz. Ayer, Oña calificó a la ministra como "una mala representación del socialismo, de Andalucía y de las mujeres" y le reprochó que "utilice a la mujer al más puro estilo machista para rentabilizarla en votos".
El ambiente entre los dos grandes partidos, inmersos en plena campaña de las elecciones europeas, sigue enrarecido. Pizarro insistió en que Arenas ha montado esta "estrategia" para que no se hable de su "responsabilidad" en Gürtel, la presunta trama corrupta por supuesto tráfico de influencias y financiación ilegal que afecta a líderes del PP. "Todo lo que pasó ocurrió durante el tiempo en que fue [Arenas] secretario general del PP", por eso -añadió- "usa la mentira, la infamia y la calumnia" contra el PSOE.
El dirigente popular aún no ha interpuesto la querella que había anunciado porque sus abogados continúan analizando con lupa el vídeo y el diario de sesiones de la jornada plenaria del miércoles. Ese día, el consejero de Innovación, Martín Soler, implicó a Arenas en Gürtel y extendió la sombra de la irregularidad sobre la empresa que su familia tiene en Olvera (Cádiz).
Precisamente ayer, Eduardo Arenas, hermano del presidente del PP-A, anunció que también se querellará contra Soler por haber asegurado en la tribuna de la Cámara que la eléctrica que él regentaba había recibido "numerosas ayudas de la Junta y del Gobierno" cuando su hermano era ministro.
Los mensajes electorales se colaron en medio del rifirrafe entre los partidos mayoritarios. Ayer, José Antonio Griñán se rodeó de mujeres y les pidió el voto para el PSOE el 7-J para que Andalucía "no retroceda" en las conquistas de igualdad. "El 7 de junio se decide entre dos modelos, uno de izquierdas y otro de derechas, que supone volver al pasado. ¿Queréis el modelo de Aznar, que dice que hay servicios que deben volver a la familia, cuando se refiere a las mujeres?", proclamó Griñán a un público entregado.
El presidente quiso dirigirse especialmente a las mujeres de su generación, entre las que se encontraban las socialistas Carmen Hermosín y Amparo Rubiales, verdaderas artífices -sostuvo- "del cambio histórico en Andalucía". "Me da pudor hablaros porque yo no he sufrido como vosotras, y a pesar de todo luchasteis", agregó.
El líder popular, por su parte, abundó en que existe un "divorcio extraordinario" entre la Andalucía real y la oficial, donde se "atrinchera" el PSOE, "líder en burocracia y despilfarro". Arenas vaticinó que las europeas serán la "antesala al cambio en España y Andalucía".
