Basándose en ello, la entidad ha "desestimado" por tanto la propuesta que la fundación presidida por el ex alcalde Manuel del Valle le presentó el mes pasado, porque no casaría con la "creación de un gran espacio público cubierto como vestíbulo de acceso al Caixa Fórum Sevilla, en conexión con la ciudad".
La fundación insistía que su proyecto no interfería en el Caixa Fórum porque sólo tenía previsto ocupar tres naves, de las siete existentes, para las que Vázquez Consuegra no ha previsto otro uso. La idea era rebajar la cota cinco metros por debajo del suelo para recuperar parte del subsuelo de estas naves, en las que hace 800 años se construían barcos parecidos más bien a naves vikingas, y recrear en ellas una galera de la época Alfonsí, el siglo XIII. La fundación admitió no disponer de la financiación, entre 5 y 8 millones de euros, necesaria para poner en marcha el proyecto, pero se mostró dispuesta a buscar fondos tanto públicos como privados.
La negativa del arquitecto supone un duro revés para los intereses de la fundación, respaldada por un nutrido grupo de representantes de la sociedad sevillana que acudieron a su presentación, porque su visto bueno se antoja imprescindible: la Obra Social de La Caixa disfruta del uso del edificio, que la Consejería de Cultura de la Junta le cedió en 2009, durante 75 años, a cambio de la rehabilitación integral de las Atarazanas, previa a la implantación del Caixa Fórum.
La Caixa recordó ayer que su proyecto de intervención fue aprobado por la Comisión de Patrimonio en octubre de 2009, e informó de que ya ha concluido la redacción del proyecto y ha iniciado los trámites para conseguir la licencia de obras, puesto que el edificio debe estar en funcionamiento como máximo en 2015.
El director de la Fundación Atarazanas, José Manuel Núñez de la Fuente, declinó ayer valorar la decisión de La Caixa hasta que se celebra una próxima reunión del patronato, que será convocado con carácter urgente para valorar el nuevo escenario.
Núñez de la Fuente sí negó que la situación actual sea el final del camino y no descartó seguir intentando impulsar la iniciativa de la fundación: "Las Reales Atarazanas tienen 800 años de historia, y no van a entrar en vía muerta por esta decisión. Estamos convencidos de que todavía hay cosas que se pueden hacer", sentenció tras conocer la noticia.
