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'La carretera', de Cormac McCarthy

La carretera es una de las novelas más leídas de este año. Aunque puede considerarse un best seller, si nos atenemos a su éxito de ventas en las librerías, no se trata de un best seller tal como se entiende hoy día: producto concebido para ser vendido de forma masiva, y que antepone los gustos de moda entre el gran público a los criterios de calidad literaria.

el 15 sep 2009 / 17:01 h.

La carretera es una de las novelas más leídas de este año. Aunque puede considerarse un best seller, si nos atenemos a su éxito de ventas en las librerías, no se trata de un best seller tal como se entiende hoy día: producto concebido para ser vendido de forma masiva, y que antepone los gustos de moda entre el gran público a los criterios de calidad literaria.

No es el caso de esta que obra, que ganó el premio Pulitzer en 2007. Su autor, Cormac McCarthy, es uno de esos llaneros solitarios de la literatura norteamericana que han acabado convirtiéndose en autores de culto. En esta categoría habría que incluir también, como señala Robert Saldrigas, a J.D. Salinger y a Thomas Pynchon.

La novela empieza situando inmediatamente al lector en un escenario fantasmagórico: noches más tenebrosas que las tinieblas y cada uno de los días más gris que el anterior. Un padre y su hijo tratan de sobrevivir en un entorno apocalíptico y hostil: todo está cubierto de ceniza y polvo, llueve, hace un frío glacial, y la vegetación parece haber desaparecido por completo.

Los poquísimos que han sobrevivido deambulan cubiertos de harapos o desnudos, y algunos van armados con rifles, cuchillos o barras de hierro. Evidentemente, ha pasado algo. El narrador, con un lenguaje sobrio y directo, mantiene siempre la intriga del lector y va desgranando poco a poco la información. Todo apunta a que ha ocurrido una catástrofe nuclear. En tales circunstancias, parece que lo más sensato es buscar un clima y un ambiente más benigno.

Padre e hijo emprenden un viaje iniciático hacia el sur, siguiendo la carretera y empujando un carrito con ropa, mantas y alimentos básicos. Básicos son también los planteamientos éticos en estas condiciones: hay "buenos y malos", y el criterio para diferenciar a unos de otros es que amenacen o no las posibilidades de supervivencia. La historia de la novela, excelente, transcurre "en la carretera". El único punto flaco, a nuestro juicio, es el carácter providencialista del final, que se aparta claramente del tono general de la obra. En cualquier caso, muy recomendable.

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