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La carretera del miedo

La A-375, que une Utrera con Puerto Serrano (Cádiz), se ha cobrado ocho víctimas mortales en dos años, aunque la vía no presenta ninguna deficiencia ni punto negro

el 26 jul 2011 / 19:50 h.

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Estado en el que quedó el turismo que se vio implicado en el accidente producido en la noche del lunes en la carretera autonómica A-375.

Que a pocos kilómetros de distancia se hayan registrado dos accidentes de tráfico en el mismo día quizás debe hacer reflexionar acerca de lo que ocurre en la carretera A-375, una vía que conecta Utrera con la localidad gaditana de Puerto Serrano. Sólo con echar una mirada rápida se puede comprobar cómo en los últimos dos años esta carretera autonómica ha contemplado media decena de siniestros, que arrojan unos datos preocupantes: ocho fallecidos y nueve heridos. A ello hay que sumar, a buen seguro, otros sucesos que hayan pasado por alto de las autoridades, al ser de menor gravedad y entidad.

Qué puede haber detrás de ese elevado número de accidentes? En muchos casos es posible mirar a la carretera y pensar que alguna deficiencia debe presentar para ser triste protagonista en tantas ocasiones. Sin embargo, en este caso, parece que el factor humano destaca y que motiva los numerosos sucesos registrados sobre el asfalto de la A-375.

Ése es, al menos, el planteamiento de los servicios municipales de emergencia de Utrera, que no observan puntos negros precisos donde se registren los accidentes, como pueda ser alguna curva o cambio de rasante concretos. La visibilidad de la vía es correcta, está adecuadamente señalizada y el firme es bueno. La propia Junta de Andalucía ya anunciaba, en mayo de 2009, actuaciones específicas para mejorar esta carretera.

Precisamente, la buena calidad del asfalto que presenta la A-375 puede haber influido en que se produzca una escena habitual en la que cae más de un conductor con exceso de confianza: pisar el acelerador más de lo que se debe. A ello se le une los adelantamientos indebidos o realizados sin la precisa atención. Si a todo esto se suma las distracciones al volante y otros factores humanos que también interceden en la correcta conducción, se crea un cóctel nada positivo que deja trágicas escenas cada año en esta carretera.

Desde los servicios de emergencia comentan que algo de lo que sí adolece esta vía es de unos arcenes de mayor amplitud, que puedan ayudar a dejar libres los carriles con más facilidad o a retirar el vehículo en caso necesario. Para contrarrestar, los conductores tienen la posibilidad de contemplar unos hitos reflectantes que delimitan el contorno de la carretera.

Los últimos casos no contradicen la hipótesis de la distracción al volante por parte de los conductores. Uno de los accidentes más graves se produjo el 11 de agosto de 2010, cuando un camión de bombonas de butano chocó frontalmente con un turismo por la invasión del carril contrario de uno de ellos. El desenlace final fue de un fallecido, el conductor del coche. Y los últimos también apuntan a un despiste. El primero, que se produjo a primera hora de la mañana del lunes en el kilómetro, se debió a una invasión de carril y murieron dos personas. El segundo, de noche, fue por la incorporación de un camión en un cruce en el kilómetro cuatro, con el resultado de un herido grave. No llega a las víctimas de la llamada en su día carretera de la muerte, la Ruta de la Plata, con 85 fallecidos en nueve años, pero sí da, al menos, pie a la reflexión.

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