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La casa sevillana de 'La Pepa'

En Sevilla hubo dimes y diretes a cuenta del hijo de Leovigildo desde no se sabe cuando porque el de las leyendas es un terreno resbaladizo pero, con seguridad, sabemos que en el siglo XVI a todo el mundo le dio por él.

el 15 sep 2009 / 17:37 h.

En Sevilla hubo dimes y diretes a cuenta del hijo de Leovigildo desde no se sabe cuando porque el de las leyendas es un terreno resbaladizo pero, con seguridad, sabemos que en el siglo XVI a todo el mundo le dio por él. De ahí el número de imágenes suyas y de que lleven firmas como las de Zurbarán, Pedro Roldán, Alonso Vázquez, Francisco de Herrera o Roelas. En la mentalidad de la época, si Hermenegildo se había convertido al catolicismo siendo gobernador de Sevilla, eso quería decir que esta ciudad era la primera de las urbes católicas de España y sus próceres una especie de hijos del santo.

Así lo vio Argote de Molina, que montó la hermandad de su nombre con la pretensión de ennoblecer a quienes pertenecieran a ella, algo que cortaron los Caballeros Veinticuatro del Ayuntamiento con una denuncia al Rey. Los jesuitas también vieron la importancia del godo y lo hicieron patrón de su principal colegio, destinado a educar a las élites. Dos siglos más tarde habrían de salir de él -como del Noviciado, la Casa Profesa, el Colegio de las Becas, el de los Ingleses y el de los Irlandeses, el de Chiquitos y el Hospicio de Indias- prendidos con nocturnidad y alevosía por la tropa de Carlos III para ir al destierro.

Tantos edificios despertaron, lógicamente, muchas apetencias y hubo intentos de todo tipo para echarles el guante hasta que, desde el Gobierno, se dio la orden tajante de que ninguno saliera del dominio real. Por eso lo que fue capilla pudo convertirse en 1823 cámara de las Cortes constitucionales que retrocedían ante los soldados de una Santa Alianza de Austria, Prusia, Rusia y Francia, dispuesta a restaurar el absolutismo. Luego, por otros azares, fue también Parlamento de Andalucía, así que está bien que ahora éste vuelva simbólicamente y que en Sevilla tenga casa La Pepa.

Antonio Zoido es escritor e historiador

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