Economía

La CHG veta el agua a nuevos regadíos tras reconocer un déficit excesivo

"De donde no hay no se puede sacar". La CHG ha decidido suspender las nuevas concesiones de agua para regadío al admitir que el déficit hídrico de la cuenca se eleva ya a 415 hectómetros cúbicos (en cambio, un estudio universitario habla de 700).

el 15 sep 2009 / 06:27 h.

"De donde no hay no se puede sacar". La CHG ha decidido suspender las nuevas concesiones de agua para regadío al admitir que el déficit hídrico de la cuenca se eleva ya a 415 hectómetros cúbicos (en cambio, un estudio universitario habla de 700). La paralización se mantendrá hasta 2010.

Ni una gota más, y a ver si esta vez es verdad. Por sorpresa, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) anunció ayer que no se otorgarán más concesiones de agua para riego en la cuenca, a excepción de aquellos que se estimen de urgente necesidad y los que se arbitren para garantizar los abastecimientos.

¿Para siempre? No. Esta prohibición permanecerá hasta que se apruebe el nuevo Plan Hidrológico (la planificación de los recursos hídricos) de esta cuenca, y eso se espera para 2010. El documento deberá estar elaborado, a lo sumo, a finales del año próximo, según explicaron a este diario fuentes del organismo regulador.

¿Por qué ahora? En la decisión de la CHG, habrían confluido tres argumentos. El primero, un informe, manejado por los técnicos encargados de redactar el plan, que el déficit global de la cuenca (esto es, el exceso de demanda respecto al volumen de agua que se pueden embalsar) se ha situado en los 415 hectómetros cúbicos. El segundo, los estudios del ahora Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino que indican que el regadío regional, lejos de menguar en esta seca Andalucía, continúa acrecentando su superficie. Y, por último, los recientes datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que hablan de un fortísimo incremento del consumo agrícola de caudales procedentes de acuíferos.

En la institución hidrológica, que preside Francisco Tapia, no esconden la preocupación por el estado de una cuenca que, además, está sometida desde hace un trienio a la amenaza de la sequía. De hecho, son tres años los que llevan los regantes soportando limitaciones en las dotaciones de agua superficiales -las subterráneas, en cambio, es otro cantar, como han demostrado las cifras del INE-. Y, además, ese déficit de 415 hectómetros cúbicos -sirvan para comparar los 7.195,6 hectómetros de capacidad de regulación que suman los embalses del Guadalquivir- es el reconocido oficialmente, mientras datos oficiosos apuntan a que es muy superior. Así, un estudio de Julio Berbel, profesor de Economía agraria de la Universidad de Córdoba, lo elevaba a 700 en 2004, y desde entonces varias decenas de miles de hectáreas más se han puesto en regadío.

Sea cual fuere el déficit real, el regulador de la cuenca justifica el no al aporte de agua a nuevos regadíos en la "necesidad" de garantizar los recursos hídricos disponibles hasta la aprobación del Plan Hidrológico. En este sentido, alega que una vez que se pongan en servicio las infraestructuras hidráulicas aún en construcción -los pantanos de Melonares, Arenoso y La Breña II-, no habrá más embalses adicionales. Por tanto, "las posibilidades de aumento de las demandas en el Guadalquivir son prácticamente inexistentes.

No en balde, el déficit hídrico reconocido oficialmente confiere a la cuenca "una alta vulnerabilidad frente a las sequías", indicaron las fuentes, quienes relataron que el nuevo Plan Hidrológico, actualmente en redacción, incorporará medidas de corrección, para, así, alcanzar "un equilibrio" entre la oferta y la demanda de aguas en la cuenca.

Y aplausos de la asociación de comunidades de regantes Feragua, que precisamente tiene como una de sus reivindicaciones históricas el freno a la expansión de las tierras irrigadas.

En un comunicado, la organización presidida por José Fernández de Heredia pidió al Ministerio de Elena Espinosa, a la Junta de Andalucía y a las diputaciones provinciales que "tomen nota" y paralicen todas las nuevas iniciativas de riego que existen en el ámbito de la cuenca. Espera, pues, que la medida adoptada por la CHG no se quede "en papel mojado" por el incumplimiento "de los políticos".

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