Local

La cocina de verdad

Tribeca (La Buhaira). Sólida oferta en la que prima el buen producto completada con una de las mejores bodegas de la ciudad.

el 15 oct 2010 / 08:25 h.

TAGS:

Dirección: Chaves Nogales, 3
Teléfono: 954 426 000
Instalaciones y servicios: Barra de tapas. Salón comedor.
Día de cierre: Domingos
Horario: De 13,30 a 16 y de 21.30 a 0 h.
Propietarios: Pedro y Eduardo

Llevan casi una década marcando diferencias, huyendo de etiquetas, de químicas y tendencias, creando estilo. En esta casa manda el producto, el buey recién llegado de Asturias que Pedro coloca en la brasa sin apartarse un minuto hasta que alcanza su punto, los pescados de Rota, de Barbate... que Eduardo selecciona personalmente en las lonjas.

Estos dos hermanos conocen bien su oficio. Pedro dirige los fogones con la ayuda, desde los comienzos, de Javier Darío Álvarez, trabajando día a día con lo mejor de lo mejor, dando confianza a sus incondicionales con una carta tan fresca que se renueva por entero cada dos semanas. Eduardo estudió enología en Cádiz y eso se nota en la carta de vinos, precios más que ajustados, oferta atrevida en lo ibérico, clásica en lo internacional, con más de 300 referencias comentadas y con notas de cata... una hermosura. Se mima con devoción a cada botella que duerme la magnífica bodega del sótano y se reserva un lugar especial para los caldos de Jerez. Incluso hay un pequeño salón en el que se prueban las novedades, y se celebran catas y pequeñas reuniones.

La barra sigue la misma filosofía que el restaurante, buen producto en el día a día y homenaje permanente a los crudos y a la cocina asiática, de la que Pedro se confiesa admirador desde sus años de experiencia en Honk Kong. Cada día hay sorpresas que se derivan de la oferta de comedor, cortes especiales, bocados perfectos. Nos sorprenden los erizos gratinados, el eashimi de mero, la brocheta de magret de pato... y junto a esta exhibición de mercado, joyas del tapeo tradicional como la ensaladilla de gambas, el champiñón relleno o el salmorejo. También observamos con alegría como se hace hueco en la carta el queso Mare Nostrum, de Castilblanco de los Arroyos, un tesoro de nuestra provincia.

En nuestra última visita a Tribeca vimos a Pedro terminar de dar color y textura a unos brazuelos de lechal que ya nos parecían inmejorables. Probamos en la barra un tataki de Pez Limón que recomendaremos para siempre. Eduardo nos habló orgulloso de su veintena de champagnes, de las próximas catas que tiene en mente... Nuestra última visita, claro está, no será la última.

  • 1