El empate con sabor a derrota frente al Málaga ha dejado bastante tocado a Gregorio Manzano de cara a la opinión pública e incluso en el propio club. La decepcionante trayectoria liguera del equipo es un hecho y sólo el buen papel realizado en la Europa League y en la Copa del Rey mantienen vivo su crédito. Y eso que hay incluso quien considera que el Sevilla pudo hacer algo más de lo que hizo en la semifinal contra el Real Madrid.
El pasado domingo, Manzano alcanzó la cifra de treinta partidos al frente del Sevilla, tras llegar al cargo el pasado 27 de septiembre sustituyendo a Antonio Álvarez. El técnico de Bailén presenta un balance de quince victorias (50% del total), cuatro empates (14%) y once derrotas (36%). Sin embargo, el papel del equipo dista mucho entre la Liga y las otras dos competiciones en las que ha tomado parte a sus órdenes.
En el campeonato, Manzano ha dirigido 17 encuentros y el balance es negativo: más derrotas (ocho) que victorias (siete). Dos empates completan su bagaje en el torneo doméstico. El jiennense cogió al equipo tras perder en Alicante. Ocupaba el séptimo puesto de la clasificación, a sólo tres puntos del cuarto clasificado (Real Madrid) y a cuatro del tercero (Barcelona).
MUY LEJOS DEL OBJETIVO. Hoy en día, el Sevilla está a 14 del tercero (Villarreal) y a 13 del Valencia (cuarto). Ir a la Champions se antoja casi milagroso, ya que la desventaja es muy grande y, sobre todo, las sensaciones siguen sin ser todo lo buenas que se desearían. No obstante, la llegada de los dos nuevos refuerzos, así como la recuperación de los lesionados, mantiene viva la esperanza de poder cumplir el objetivo.
Por el contrario, el papel en la Copa del Rey ha sido bueno. Eliminó en cuartos a un hueso duro de roer como el Villarreal y llegó al partido de vuelta de semifinales, disputado en el Santiago Bernabéu, con opciones de clasificarse para la gran final.
Su próximo reto es la Europa League, donde el Sevilla debe hacer frente a todo un histórico del fútbol continental: el Oporto. Tres victorias (una en el campo del Borussia Dortmund y dos sobre el Karpaty), un empate (con los alemanes en casa) y una derrota, ante el PSG en el Parque de los Príncipes es su bagaje.
