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La Copla se va a los coliseos

El espectáculo ‘Azabache’ demuestra el vigor del género de la mano de Manuel Lombo, Pastora Soler, Pasión Vega y Diana Navarro.

el 19 ene 2013 / 20:16 h.

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Pastora Soler, Diana Navarro, Manuel Lombo y Pasión Vega, un póker de ases de la copla.

Inmejorable ambiente, risas y bromas, miradas de complicidad. Lejos quedan la tensión del estreno, el pasado mes de junio, en el Auditorio Rocío Jurado de Sevilla, aunque continúa sintiéndose el peso de la responsabilidad: mantener el listón del mítico concierto Azabache, un hito en la historia de la copla que puso boca abajo la Expo'92, dos décadas después. "Los nervios siguen ahí, pero de los sanos, los que te hacen disfrutar", apunta Diana Navarro, quien junto a Pastora Soler, Pasión Vega y Manuel Lombo conforma la pléyade de voces copleras del montaje, dirigido por José Miguel Evora con la Orquesta Sinfónica del Aljarafe.

Los artistas, que el próximo 8 de febrero volverán a Sevilla para llenar el auditorio de Fibes después de conquistar las principlaes plazas andaluzas, son conscientes del privilegio que supone embarcarse en un proyecto así en este momento tan delicado. "Que pasen las semanas y saber que tienes trabajo hasta abril es un alivio", dice Lombo , y todas sus compañeras asienten. "Está siendo terapéutico para el público, cansado de tanta crisis, y también para nosotros", apunta Navarro, mientras que pasión destaca "la apuesta personal del productor, Rafael Casillas, que ha apostado por el espectáculo y confiado en nosotros. Somos muy afortunados".

Ahora que el montaje está un poco más rodado tras cuatro galas, estos cuatro nombres jóvenes y sin embargo poseedores de una notable experiencia empiezan a disfrutar de veras con Azabache , y eso se nota dentro y fuera del escenario. "Pero no creas, todavía estamos cambiando cosas. Somos muy perfeccionistas y, como sucede con nuestros discos, sabemos que ningún espectáculo se termina, sino que se abandona", señala Pastora Soler. "Ahora tenemos curiosidad por ver qué forma va a adquirir en teatros, un poco más recogidos", agrega.

Al menos han tenido tiempo para saber cuáles son los grandes momentazos del espectáculo que les ponen la carne de gallina. Confiesan por turno: "Yo me quedo con la primera aparición, cuando pones el pie en escena para hacer Señorío, aunque estás muy tensionado se trata de un momento impresionante", dice Manuel Lombo. "Para mí también es muy fuerte la primera copla", coincide Pastora Soler, "cuando empiezo cantando dentro, poniendo las caras que me dé la gana y esperando a templarme para salir". Por su parte, Diana Navarro asegura no poder decantarse por uno solo de estos dos: "La Loba, que es muy íntimo a pesar de estar delante de todos, y el momento con Pasión, en La cárcel de oro, que acabamos las dos llorando como dos magdalenas. De verdad", asegura.

"Para mí también es el mejor momento cuando cantamos juntas", dice Pasión con una sonrisa de oreja a oreja. "El día que nací yo también es muy especial... Y me gusta mucho pasearme con Francisco Alegre, salir con mi capote y ronear", añade sin reprimir una carcajada.

Lo que queda de manifiesto al poco que se les ve conversar es que en este equipo los egos, que tanto peso tienen en el arte, aquí quedan apartados en la puerta. "En ningún momento sentimos envidia los unos de los otros, pero sí estamos muy atentos a cómo lo hacen los compañeros, y eso nos motiva: Oyes a Diana o a Pasión, piensas "cómo ha cantado la tía", y te motiva para hacerlo igual", afirma. "Es un pique sano, que ayuda a pensar "ahora voy yo", pero hasta en los ensayos disfrutamos mucho los unos de los otros", dice Lombo. "Si no hubiera tanto respeto y generosidad, no saldríamos adelante", tercia Diana.

Conscientes de que el momento era muy propicio, sobre todo con el empuje favorable del espacio televisivo Se llama copla, los artistas consideran también que los tiempos en que la copla era un género politizado son el pasado. "Ha habido mucha ignorancia, se ha considerado antigua y casposa, pero Martirio y Carlos Cano lograron que mucha gente pensara de forma diferente", asevera Diana, en tanto para Lombo "sobran las manidas leyendas urbanas y la idea de que la copla sólo se cantó en un bando de la Guerra Civil. Antonio Molina era la antítesis del franquismo, y fue un ídolo".

"La copla fue del pueblo y vuelve a serlo, estamos muy lejos de esos intereses", señala Pastora, mientras para Pasión lo importante es "que sigan interesándose por la copla varias generaciones, lo que hace este momento muy bonito".

Por otro lado, Azabache no ha impedido que los cuatro artistas sigan impulsando sus respectivas carreras individuales: Diana Navarro promociona su nuevo disco, Género chica, mientras espera el estreno de su debut cinematográfico, el filme Yocasta de Alexa Fontanini; Pastora Soler espera que en los próximos Goya tenga suerte el corto de animación Alfred & Anna, donde metió su voz y su canción La mirada del corazón. Lombo trabaja ya en los temas que formaran parte de su próximo disco, que contará con los cuidados del propio José Miguel Évora, mientras que Pasión Vega está preparando ya un espectáculo a dos pianos y voz con música de Falla, Lecuona y otros compositores compositores. Pero todo eso quedará apartado, el próximo día 8, en beneficio de la magia de la copla ante el público sevillano.

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