Tres de cada diez inmigrantes que entran clandestinamente en España por mar lo hacen a través de la costa andaluza, una ruta que según la Asociación Pro Derechos Humanos puede reactivarse ante la dificultad de otras.
En 2007 murieron en estas travesías 921 inmigrantes y este año ya son 89 los fallecidos, 13 de ellos en las playas gaditanas.
El informe sobre inmigración clandestina Derechos humanos en la frontera sur 2007, presentado ayer por APDH, revela que el año pasado 921 inmigrantes perdieron la vida al intentar acceder de forma irregular a España y al menos 3.500 inmigrantes como resultado de políticas de control de fronteras "cada vez más represivas y crueles".
El informe apunta la imposibilidad de contabilizar a las víctimas que cayeron en la ruta que atraviesa el Sahel y se dirige hacia Argelia o Libia. "Algunos altos cargos del Ministerio del Interior han llegado a admitir que el desierto del Sáhara se ha convertido en una inmensa tumba de arena", añade.
APDH-A asegura que aunque el número de inmigrantes fallecidos en 2007 es menor que el de 2006, los dos primeros meses de este año no invitan al optimismo, con la muerte de 89 inmigrantes frente a los doce del mismo periodo del año pasado. De los 89 fallecidos, trece perdieron la vida en las costas gaditanas, seis en las canarias, una en Ceuta, otra en Argelia y 68 más en las costas del Sahara y de Marruecos.
En concreto, en enero y febrero han llegado a las costas españolas en 2.096 inmigrantes -cifra similar a la del año pasado, según APDH-, la mayoría vía Canarias (1.316) y en segundo lugar a través de las costas andaluzas (624 en la costa andaluza, lo que supone casi el 30% del total), además de 43 a Baleares y 113 a Murcia.
La organización no descarta una reactivación de la emigración clandestina hacia las costas andaluzas, "vistas las travesías más largas y dificultosas de otras rutas, por el despliegue del Frontex incluso en las costas de los países de origen, o por el renovado flujo migratorio procedente de Marruecos y Argelia".
En esta línea, APDH-A considera que, pese a todas las declaraciones de intenciones, el Gobierno español y la Unión Europea "continúan ignorando las causas que provocan las migraciones actuales y por tanto se ponen en marcha medidas hiperrestrictivas cuyo alcance y eficacia es coyuntural y cuyos efectos a medio plazo son imprevisibles".
Tras la derrota electoral del PP, cuyas propuestas sobre migraciones APDH-A tilda de "profundamente xenófobas", la organización aboga por un "verdadero cambio" de rumbo en la orientación y en la gestión de las migraciones por parte del reelegido Gobierno del PSOE.
Así, APDH reclama un análisis de las causas de la migración forzada; el respeto "escrupuloso" de los derechos humanos; la reconsideración en profundidad del papel de los Centros de Internamiento; la ratificación del protocolo cuarto de Derechos Humanos de la Unión Europea -en el que se prohíbe la expulsión colectiva de inmigrantes- y una flexibilización de los flujos con cauces concretos que permitan la emigración regular desde Africa a Europa.
