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La crisis colapsa el segundo juzgado mercantil en tan sólo cuatro años

Solo han bastado cuatro años para que ese balón de oxígeno llamado segundo juzgado de lo mercantil de Sevilla esté hasta arriba de papeles. Lo cual no habla tanto del atasco de la justicia como de la crisis de las empresas.

el 16 nov 2013 / 21:00 h.

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reportaje de lo mercantil 2En abril de 2009 la entonces consejera de Justicia Evangelina Naranjo inauguraba el segundo Juzgado de lo Mercantil de la ciudad en el Edificio Noga, en una dependencia totalmente diáfana, compartida con el Mercantil 1. Sólo cuatro años han sido necesarios para que el espacio en este órgano judicial se haya convertido en algo cotizado. Allá donde había espacio entre las mesas de los funcionarios ahora está ocupado por grandes armarios, tantos que, pese a estar en la misma sala, ambos juzgados ya sólo se comunican por un pequeño pasillo que ha quedado entre el mobiliario. Armarios que incluso se han quedado pequeños para tantos montones de papel, en los que se recogen tristes historias de empresas arrasadas por la crisis y de trabajadores abocados al paro. Las cifras hablan por sí solas. Casi 500 empresas han sido declaradas en concurso de acreedores desde que el 13 de abril de 2009 registraran su primera causa. En concreto, a fecha 6 de noviembre de 2013 han sido 466 entidades las que se han puesto en manos de este juzgado para intentar reactivar su actividad o abordar su liquidación, opción en la que acaban la inmensa mayoría. Estos son los datos genéricos, pero analizando las cifras anuales desde su puesta en marcha se puede comprobar cómo el número de concursos ingresados ha ido creciendo paulatinamente, lo que ha provocado que en la actualidad estén trabajando por “muy por encima del módulo” de trabajo que establece el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), como recordó el juez decano, Francisco Guerrero. Así, mientras que en el primer año completo de este órgano judicial, es decir 2010, declararon 80 concursos en 2012 la cifra se elevó hasta los 120. Una cantidad que se puede ver superada este año, pues ya han alcanzado las 112 declaraciones de quiebra. Pero los concursos de acreedores no son los únicos asuntos que son competencia de los juzgados de lo Mercantil, aunque sí es la más conocida. Así, estos órganos tienen también que hacerse cargo de demandas sobre competencia desleal, sobre propiedad intelectual o sobre publicidad, entre otros asuntos. Esto hace que el juzgado se vea desbordado, una situación que, por supuesto, no es ajena al Juzgado de lo Mercantil número 1 que arrastra la problemática desde mucho antes. Esta situación ha provocado que ambos juzgados tengan que contar desde hace más de un año con jueces de refuerzo para poder sobrellevar el trabajo. Unos refuerzos que se han venido prorrogando, siendo la última vez el mes de abril cuando se aprobó una comisión de servicio, es decir magistrados titulares que por un tiempo refuerzan un juzgado determinado, durante un año y que “probablemente haya que volver a prorrogar porque la situación es muy complicada”. Guerrero viene mostrando su preocupación por estos juzgados desde que tomó posesión como juez decano a mediados de 2012. Para paliar el retraso él insiste en la necesidad de dotarlos de más medios y ha recordado siempre que ya en 2010 un informe del CGPJ alertaba de la necesidad de que la ciudad contara con cuatro órganos de esta jurisdicción. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) también ha mostrado su preocupación al respecto, pues en una visita que realizó su presidente, Lorenzo del Río, a estos juzgados en marzo de 2012, ya dejó claro que Sevilla necesitaba “al menos un juzgado más”. Una petición que quedó reflejada en la memoria del Alto Tribunal andaluz de 2011. Del Río incluso reclamó más medios, como la creación de una nueva sala de vista para los juicios, ya que en la actualidad los dos juzgados comparten la única que tienen a su disposición. Cuello de botella // Pero no sólo el mundo judicial lamenta y reclama más juzgados de este tipo, los propios abogados y partes implicadas en los procesos están más que preocupados por esta situación. “Es un auténtico cuello de botella”, aseguró un administrador concursal consultado por este periódico. Las solicitudes que entran se resuelven más o menos rápido, ya que “el auto del juez declarando el concurso se dicta con cierta celeridad”. El problema llega cuando el proceso ya está abierto, ya que hay casos que casi dos años después aún no se ha propuesto un convenio para llegar a un posible acuerdo. “Los concursos tienen tres fases, la común, la del convenio y si no hay acuerdo, la liquidación. Me he encontrado casos que se ha declarado el concurso a principios de 2012 y a fecha de hoy ni siquiera se ha redactado el convenio”, señaló el administrador. La mayoría de estas empresas, además, tienen aún en plantilla a trabajadores a los que se le suele adeudar varias nóminas. A partir de ese momento dependen de las decisiones del juez de lo Mercantil para poder resolver su situación y en muchos casos tienen que esperar meses para poder resolver su contrato y poder así cobrar el desempleo. Ellos son las víctimas colaterales del “atasco absoluto” de estos juzgados.

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