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La crisis obliga a reducir la flota de taxis un 30% en agosto

Por primera vez 700 taxistas estarán obligados a descansar para hacer frente a la falta de clientes y al "exceso de flota"

el 16 jul 2011 / 20:55 h.

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Decenas de taxis aguardan en una parada del Centro sin clientes

Es la primera vez que ocurre en Sevilla. La flota de 2.100 taxis de la que dispone la capital se reducirá en 700 vehículos durante las tres semanas centrales del mes de agosto. Por tanto, serán unos 1.400 taxis, un 33% menos de lo habitual, los que puedan prestar sus servicios durante estos días.


Más que buscar una razón para esta medida, se trata de verla como una solución. Según la Unión Sevillana del Taxi , la asociación mayoritaria del sector, en esta época del año “no hay clientes ni trabajo”. Los motivos pasan por la omnipresente crisis económica, por el éxodo vacacional hacia el otros destinos y por una reclamación histórica del sector: “el exceso de flota”.


Aun así, los taxistas están aguantando el mes de julio, aunque desde la Unión Sevillana reconocen que acumulan unas pérdidas que rondan el 40%. En agosto la situación se hace incluso más insostenible. La ciudad, casi desierta, el calor, sofocante, y los taxistas, esperando clientes que no llegan. De hecho, Unión Sevillana admite que apenas merece la pena trabajar muchos días y que por eso se decidió reordenar el calendario a finales del año pasado: el resultado es que para 700 taxis sea obligatorio descansar todos los días laborables. Los fines de semana, como el resto del año, se mantendrá la mitad de la flota en servicio.


El calendario del taxi se organizó de esta forma a finales del año pasado como una prueba que volverá a ser sometida a debate en el Instituto del Taxi en septiembre. La flota está dividida en seis letras, de la A a la F. Durante el año suele descansar una al día –en torno a 359 taxis–. Pero en el mes de agosto será obligatorio que sean dos las que no trabajen, lo que hace un total de 700 licencias.


La medida no es más que un remedio temporal, no una solución definitiva a los problemas que desde hace años afectan al sector: el exceso de flota, las peatonalizaciones de calles, algunas cuestionadas por el sector, o una competencia a la que cada vez resulta más difícil hacerle frente.


Reducir la flota de taxis es una demanda casi histórica del sector. Sus quejas se remontan a 1992 cuando, con motivo de la Expo, el Ayuntamiento concedió entre 120 y 130 nuevas licencias, lo que aumentó de forma considerable la flota, que ha superado los 2.000 vehículos en los últimos años. Las presiones del sector han sido constantes, incluyendo una sonora huelga en el otoño de 2009 para pedir que se eliminaran 104 licencias y que paralizó la ciudad.  


 Como respuesta, el verano pasado la Junta de Andalucía aprobó el primer reglamento del taxi, donde se trataba la cuestión de la reducción de licencias. En él se exigía que para que el Ayuntamiento atendiera las reivindicaciones del sector y bajara la ratio de taxis por persona, tendría primero que presentar un informe al Gobierno autonómico, que a su vez emitiría un informe vinculante tras consultar al Consejo Andaluz del Taxi. Es decir, que si la Junta no veía justificado que se redujera el número de taxis, el Consistorio no podría sacar la medida adelante.


Pero las presiones del sector hicieron que el borrador definitivo del reglamento fijara para Sevilla una ratio de 2,5 vehículos por cada mil habitantes, cifra que rebajaba la de 3,2 que existía hasta ese momento. La Unión Sevillana del Taxi se mostró entonces satisfecha con la con la decisión ya que “el número de licencias está por encima de todas las ciudades de similares características”. Eso sí, el mismo reglamento decía que, cuando entrara en vigor, todas las licencias seguirían siendo válidas, independientemente de que se superara la ratio.


Informe. El Ayuntamiento ha mantenido en sus presupuestos en los últimos partidas para rescatar licencias de taxis y reducir la flota. Pero no siempre se han ejecutado. La última medida fue un informe sobre la situación de la flota que se ha encargado a una empresa externa y que aún no se ha presentado al sector. Las asociaciones confían en que, con este estudio en la mano, el nuevo gobierno reordene la flota.


Pero el exceso de taxis no es el único problema que tiene al sector contra las cuerdas. Las peatonalizaciones de los últimos años han reducido el número de paradas y, en muchos casos, han alargado recorridos que antes apenas llevaban unos minutos.


A ello se une el desarrollo en muy pocos años de nuevos medios de transporte público, lo que convierte a la competencia, formada ya por el Metro , el tranvía, los autobuses urbanos y el carril bici , en una barrera casi inquebrantable. “Es una competencia muy fuerte que, además, está subvencionada”, critica Antonio Romero, taxista de 50 años. “A nosotros no nos dan nada. A ellos [señala los autobuses de Tussam, que paran a pocos metros de los taxis en la Plaza del Duque], sí y no importa que algunos vayan vacíos y que acumulen déficit durante todo el año”.

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