Como manda la tradición, la festividad del Corpus Christi estuvo marcada ayer en Utrera por la procesión del Santísimo, que salió desde la Parroquia de Santa María de la Mesa, para volver a recorrer las calles de la feligresía.
La puerta de la Pastora -también conocida como del Sol'- de este templo utrerano se abrió a las siete de la tarde para dar paso al cortejo, que un año más estuvo compuesto solamente por un paso, el de la custodia, un templete labrado en plata, atribuido a Cristóbal Sánchez de la Rosa, y realizado entre 1682 y 1748. Junto al paso, también participaron en el cortejo una representación de todas las hermandades de penitencia, gloria y asociaciones religiosas de la localidad, junto a la mesa permanente del Consejo Local del Hermandades y Cofradías, el clero de la ciudad y demás autoridades municipales, junto a la Hermandad Sacramental, encargada de organizar el acto religioso.
La custodia, que mide 225 centímetros y está integrada por tres cuerpos y un remate coronado por la Fe, estuvo exornada con flores blancas y las tradicionales espigas de trigo y racimos de uva. El acompañamiento musical de la procesión, como es habitual, fue el de la Asociación Musical 'Álvarez Quintero' de Utrera.
Pero éste no fue el único sonido que se pudo escuchar en la tarde de ayer, ya que las campanas de la torre de Santa María volvieron a repicar de nuevo con motivo de esta festividad religiosa, gracias al trabajo de la asociación de campaneros de la localidad. Además, cuando el paso discurrió por el convento de las Hermanas de la Cruz, las monjas dedicaron uno de sus cantos al Santísimo.
Y como tradicional es este acto procesional, el cortejo también contó con la presencia de los carráncanos, que abrieron el desfile. Además, en esta ocasión, estaban estrenando la restauración de los antiguos roquetes de esta histórica figura. Otras novedades fueron la restauración de los palermos que se pudieron ver en el desfile, así como la ropa del pertiguero.
Cerrando el cortejo procesional, el párroco de Santa María, Diego Pérez, caminó bajo palio por el recorrido, que contó con la instalación de algunos altares en honor al Santísimo Sacramento de Jesús.
