Cofradías

La devoción sigue creciendo en el barrio del Arenal

El barrio del Arenal volvió este lunes a lucir sus mejores galas para recibir a la hermandad de Las Aguas.

el 15 abr 2014 / 17:17 h.

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El barrio del Arenal volvió este lunes a lucir sus mejores galas para recibir a la hermandad de Las Aguas. El día era perfecto y algo de calor acompañó la salida para que la plenitud fuera aún mayor.Las malas experiencias de los últimos años había que olvidarlas, y vaya si se olvidaron. Una masa de gente esperaba agolpada en la calle Dos de Mayo. Los cofrades querían ver de nuevo al Cristo de las Aguas con su madre, la Virgen niña Guadalupe, camino de la carrera oficial. La Virgen del Mayor Dolor de las Aguas. Foto: Carlos Hernández La Virgen del Mayor Dolor de las Aguas. Foto: Carlos Hernández El grueso del cuerpo de nazarenos formaba en las Atarazanas mientras los ancianos del hospital de la Caridad iban llegando al atrio de la pequeña capilla para poder ver de cerca la salida. La numerosa banda de música de las Tres Caídas –pocas las hay mejor uniformadas– también aguardaba su turno para tocar tras el Cristo. Con el paso de misterio ya en la calle sonó la marcha Aguas de Triana que recordaba que esta corporación del Lunes Santo tuvo su origen en el viejo arrabal al otro lado del río Guadalquivir. Los nazarenos continuaban saliendo del centenario astillero sevillano mientras la cuadrilla ya retranqueaba el paso de la dolorosa de Álvarez Duarte para salir a la calle. Con maestría, el capataz y sus ayudantes salvaron el dintel del templo así como la reja que separa el atrio de la calle. Donde estaba el pueblo y donde todos estaban locos por tenerla cerca. Sonaba la música de la banda municipal de Mairena del Alcor y Guadalupe ya estaba con ellos mirándolos frente a frente para deleite y disfrute de todos. Ahí comenzó un recorrido triunfal por las calles de Sevilla que le llevó a la Catedral hispalense. Pero antes de llegar a la carrera oficial la cofradía pudo pasearse por el barrio del Arenal, su barrio, donde miles de sevillanos la acompañaron en su camino de ida a la plaza de la Campana. Tras salir de la seo hispalense, la noche ofreció nuevas estampas que siguieron demostrando que esta hermandad sigue ganando adeptos año tras año. Ya de madrugada, su barrio volvió a llenarse para dar el último adiós al Cristo de las Aguas y a la Virgen de Guadalupe.

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