Un grupo de inmigrantes irregulares a bordo de un barco de los guardacostas a su llegada a la isla de Lampedusa. / EFE
Por María José Atienza «Ya nunca más esclavos, sino hermanos» es el lema escogido para la que será la 48ª Jornada Mundial de la Paz, el 1 de enero 2015. El tema, presentado por el Consejo Pontificio Justicia y Paz para la próxima jornada Mundial de la Paz abrirá los mensajes papales del próximo año.
La esclavitud es una realidad que el Papa ha denunciado repetidamente en los últimos meses. El comunicado que recoge la elección de la temática de reflexión para la próxima Jornada destaca que con frecuencia se piensa que la esclavitud sea un hecho del pasado. Sin embargo, se trata de una plaga social fuertemente presente también en el mundo de hoy.
Nuevas formas de esclavitud. El comunicado señala los «abominables rostros de la esclavitud» entre los que se cuentan el tráfico de seres humanos, la trata de los emigrantes y la prostitución, el trabajo esclavo, la explotación del hombre por el hombre, la mentalidad esclavista respecto de las mujeres y los niños.
Han sido varias las ocasiones en las que el Papa ha denunciado las nuevas formas de esclavitud como el viaje a Lampedusa, la Conferencia sobre movimientos migratorios o sus palabras a los representantes de la Global Freedom Network.
En más de una ocasión el Papa ha denunciado además la actividad de mafias y grupos de personas que, aprovechando momentos de crisis social, económica o catástrofes para someter o cercenar la libertad de otros, lo que Francisco califica una «terrible herida abierta en el cuerpo de la sociedad actual, es una gravísima herida en la carne de Cristo».
Combatir la esclavitud hoy. La designación de esta temática que centrará el primer mensaje de 2015 del Papa Francisco destaca que para combatir la esclavitud «es necesario, ante todo, reconocer la inviolable dignidad de toda persona humana. Así como mantener inamovible la referencia a la fraternidad, que requiere la superación de la desigualdad, en base a la cual un ser humano puede hacer esclavo a otro, y exige un compromiso de proximidad y gratuidad a favor de un camino de liberación e inclusión para todos.
El objetivo es la construcción de una civilización fundada sobre la igual dignidad de todos los seres humanos, sin discriminación alguna. Para ello, es necesario también el compromiso de la información, la educación y la cultura en favor de una sociedad renovada y orientada a la libertad, la justicia y, por lo tanto, a la paz».
La Jornada Mundial de la Paz se celebró por primera vez en 1968 bajo el pontificado de Pablo VI el primer día del año. El mensaje de esta jornada se remite, desde el Vaticano a las diferentes nunciaturas y cancillerías de todo el mundo e indica la línea diplomática de la Santa Sede para el año.
