-¿Cuánto representa el área de educación dentro de Microsoft?
-En términos de negocio el porcentaje es irrelevante. Microsoft no busca hacer cifras de mercado en esta unidad, el fin es la responsabilidad social corporativa, ayudar a que allí donde estamos el país progrese y la educación sea mejor.
-¿Ve las tecnologías plenamente incorporadas a la escuela?
-Hay grandes avances, pero las escuelas de hoy se parecen aún demasiado a las del siglo XIX. El otro gran impacto de las tecnologías en la educación es que posibilitan un cambio del proceso de aprendizaje y la pedagogía. Cuando mecanizas un área de conocimiento, la tendencia es hacer lo mismo que antes pero usando máquinas, y es un error. Pero una vez asimilan la mecanización descubren que pueden innovar en la enseñanza.
-¿Cómo?
-Con la tecnología bien aplicada el profesor puede adaptarse a los diferentes niveles y tipos de inteligencia de cada alumno. Claro que al incorporar las tecnologías a la didáctica se le exige un cambio de metodología grande al profesor, no digo que sea fácil. Pero para eso servirá de ayuda que cada niño tenga un PC, para apretar al que más sabe y ser condescendiente con otros. Los profesores no van a desaparecer, el control sigue siendo suyo y seguirá habiendo clases magistrales.
-Los críticos creen que el que cada alumno trabaje con un ordenador no es prioritario...
-Nosotros creemos que si no se hace una adaptación rápida de la educación al mundo digital, lo pagaremos tarde o temprano. Es una prioridad real, pero hay que ver los casos. En un entorno donde hay mil alumnos que van a clase en barracones, evidentemente la prioridad no pueden ser las TIC.
-¿Qué le parece a Microsoft el proyecto Escuela 2.0?
-Bueno, es un proyecto claramente impulsor. Supone una mejora, porque empuja a que se utilicen las TIC en el aula. Pero hay diferencias a la hora de cómo se ejecutan en unas comunidades y otras, y eso hace que los resultados sean diferentes. Lo que tenemos claro, y esto se lo dijimos al Ministerio de Educación cuando nos planteó el proyecto, es que mientras más fácil se lo pongamos a la comunidad educativa, mejor. O sea, poniendo el software más asequible para la escuela y el más fácil de utilizar, para que los costes de formación de profesores y mantenimiento sean los menores y usen herramientas que están acostumbrados a usar cada día.
-O sea, el sistema operativo de Microsoft...
-Bueno, es que las cifras de mercado están ahí. No es lógico que se fuercen situaciones de neutralidad tecnológica. Ahí es donde hemos puesto el énfasis, que la tecnología más fácil llegue a manos de la comunidad educativa.
-Andalucía ha implantado el software libre en las escuelas y les ha dejado fuera a ustedes...
-Hay pocas comunidades que hayan implantado sólo software libre, Andalucía es una. El software libre no es sostenible por el modelo en sí mismo. Nosotros invertimos al año 9.500 millones en investigación y desarrollo y el resultado son los productos que ponemos en el mercado. Somos conscientes de lo que cuesta hacer un sistema operativo y es mucho dinero. El software libre es gratuito pero, ¿quién lo está pagando? Porque hay que pagar a alguien para que funcione y lo mantenga, y esos costes son más caros que los nuestros. Esto se obvia porque hay otros intereses detrás. El software libre se genera con subvenciones y no puedes hacer que las subvenciones sean el motor que sostenga un modelo de innovación tecnológica en la escuela.
-Guadalinex, el software libre que usa la Junta, se parece bastante a Windows, ¿no?
-Bueno, si se fija en Windows 7, ya no se parece en nada a Guadalinex. A veces, con todo respeto, se comete el error de comparar las últimas versiones de este tipo de sistemas operativos con productos que Microsoft lanzó allá por el año 2000. Dice que el software que usan las escuelas en Andalucía se parece al XP, vale, pero es que el Windows XP lo lanzamos hace una década, ya ni me acuerdo, lo abandonamos hace 10 años y el mundo ha evolucionado. Y si se mantiene aquel sistema es por una idea pobre: ¿es suficiente con lo que tengo? Depende de las necesidades y de si le queremos dar a nuestros chicos lo mejor o no.
-Pero Guadalinex ha servido para introducir a niños de 10 años y ancianos de 70 en las tecnologías.
-Sí, no me malinterprete. No digo que no nos guste el software libre. Microsoft generó dos de las 10 licencias de software libre que existen en el mundo. Pero entendemos que lo importante en la escuela es que se pueda interoperar, y la realidad del mercado es la que es: lo importante es que no sea un freno el que, porque determinado software haga las cosas de una manera, no se pueda hablar con otras empresas. Defendemos el aperturismo. Aquí en Andalucía... Bueno, sí, para encender un ordenador y utilizar internet las características que necesitas en el sistema operativo no son muchas. Lo puedes hacer con un móvil. Pero el sistema operativo es mucho más... Esos usuarios que comenta, puede que el primer contacto que hayan tenido con la tecnología fuera gracias a una iniciativa de la comunidad, perfecto, absolutamente loable, pero luego cuando compran el ordenador, no tengo que explicar cuáles son las cuotas de introducción de Windows versus Linux en los hogares... Cuando la gente elige pagar por esto en vez de tener algo gratuito en sus casas, la cuestión está clara, ¿no?
-¿Cree que el hecho de que Andalucía haya elegido software libre empobrece el aprendizaje?
-A lo mejor hemos hecho mal el trabajo de explicar las bondades de nuestra solución. Lo único que pedimos es que se nos dé oportunidad de poderlo explicar y a veces ni nos han dejado. En Andalucía hay desde hace años una decisión de impulso del software libre. Y desde algunas consejerías esto se ha llevado más al extremo y se entiende que es excluyente con Microsoft. Aquí tenemos presencia en FP, pero no en la escuela.
-¿A qué cree que se debe?
-En la FP se tiene una visión más aperturista. Hay una conciencia más clara de qué va a pasar con los chicos que salen. Entrarán rápido en el mercado laboral y ahí las herramientas que utilizan son de Microsoft, por eso las autoridades son sensibles a que los estudiantes aprendan con lo que van a encontrar en el trabajo.
PERFIL
Nombre: Fernando Martín.
Nació: Madrid. Edad: 50 años
Otros datos: Está casado y tiene dos hijos.
Fernando Martín es ingeniero industrial y trabaja en Microsoft desde hace más de 15 años. En estos días se ha rodeado de autoridades educativas en Sevilla para vender las bondades de dos nuevos programas informáticos para la escuela. Cuando le preguntan si ha utilizado Sevilla, Andalucía, como plataforma de lanzamiento para echarle un pulso al software libre que promociona la Junta, se sonríe irónico: “Esta pregunta me la esperaba”, dice.
