Economía

La eterna sonrisa en el recuerdo

Homenaje a Rafael Álvarez Colunga un año después de su fallecimiento

el 18 dic 2009 / 21:59 h.

Jaime Álvarez, hijo de Colunga, recoge la medalla ante Alberto Ramos y el vicepresidente tercero del Gobierno.

"Si los hombres viven mientras se les recuerdan, Rafael vive hoy entre nosotros". Así expresó el presidente de la CEA, Santiago Herrero, la sensación general de los amigos que ayer acudieron al Paraninfo de la Universidad de Sevilla para rendir homenaje a Rafael Álvarez Colunga, trágicamente desaparecido hace mañana un año, y al que también acudieron su viuda, Mercedes Díaz Zulategui y su hijo Jaime. El acto estuvo organizado por las Academias de las Ciencias Sociales y del Medio Ambiente de Andalucía y la Iberoamericana de Farmacia, de la que el empresario fue académico e impulsor.

Los intervinientes volvieron a recordar todas las características que confluían en la personalidad arrolladora del cariñosamente conocido como Lele, quien fuera presidente de la patronal andaluza hasta 2002. El último en hacerlo fue el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, quien aseguró que para él Colunga era "un amigo".

"Rafael era una persona singularísima, especial, entrañable e irrepetible hasta el punto de que, siendo tan terrenal, tan de aquí, tan de la tierra andaluza, para muchos pudo parecer un personaje de novela", describió el ex presidente de la Junta, que recordó que "en muchas ocasiones" tuvieron que defender posturas distintas, aunque al final se imponía siempre el consenso -todos coincidieron en el carácter dialogante de Álvarez Colunga-.

Chaves fue además el encargado de entregar al hijo y a la viuda del homenajeado una medalla y una placa conmemorativa de las instituciones convocantes del acto.

Durante el homenaje se hizo especial hincapié en la personalidad de Lele, en su capacidad de "decir lo que quería, sin guardarse nada, aunque a ello añadía la pirueta de su sonrisa", recordó Herrero. La eterna sonrisa y el coleccionista de amigos, dos de las definiciones que más surgieron a en los discursos de los que ayer hicieron la glosa del que fuera presidente de honor de la patronal andaluza.

Palabras que transmitieron calor en un día gris en Sevilla, palabras a las que también acompañó la música de una guitarra flamenca, una de las pasiones en vida de Colunga.

Precisamente el rector de Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), Juan Manuel Suárez Japón, fue el encargado de desgranar el aspecto más arrimado a la tradición del empresario. "Rafael descubrió el flamenco de forma indirecta porque lo veía envuelto en el mundo de las tradiciones de Andalucía", señaló. Así, destacó su papel como mecenas y la estrecha relación que unió a Lele con Antonio Mairena, de quien impulsó su fundación.

Farmacéutico. Pero la profesión de Lele, más allá de su profusa actividad empresarial, era la de farmacéutico, de la que se sentía muy orgulloso. El presidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Manuel Arenas, le recordó con cariño. "Era difícil no verle casi siempre sonriente".

Por su parte, el presidente de la Real Academia de Ciencias Sociales y Medio Ambiente de Andalucía, Antonio Pascual, indicó que Colunga "hace ya casi un año que nos dejó y este aniversario no hace más que engrandecer su figura, y eso que a veces ocurre lo contrario".Además, coincidió con Chaves en las múltiples vertientes de su personalidad.

"Era sorprendente cómo se conjugaban en él ortodoxia y heterodoxia, la primera en las costumbres y la segunda con la naturalidad que, llegado el caso, se ponía al mundo por montera".

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