I. Comesaña / R. Velis
La madre de la menor con la que Miguel convivía cuando supuestamente mató a Marta del Castillo dijo al juez que había visitado a Carcaño en la cárcel de acuerdo con la Policía, para intentar sonsacarle dónde está el cadáver, que siete meses después del crimen sigue sin aparecer.
La mujer llegó a los juzgados acompañada por policías del Grupo de Menores que investigan el caso. Llevaba el pelo teñido de negro -cuando se conoció su relación con Miguel era rubia-, vestía de forma distinta y usó puertas distintas a las habituales para evitar ser identificada. La mujer, que en los inicios del caso admitió haber lavado la ropa ensangrentada de Miguel, acudía como testigo y salió del juzgado igual, sin ninguna imputación.
Soledad Gómez explicó al juez que en una de las visitas que realizó a Miguel en la cárcel de Morón, éste le contó su cuarta y última versión, detallada luego al juez y muy coincidente con la que dio tras su arresto: que mató a Marta de un golpe con un cenicero tras una discusión, pero que no la violó. El detalle novedoso es que, cuando avisó a su amigo Samuel para que lo ayudara a deshacerse del cuerpo, éste llegó en el coche de un tío suyo, de nombre Miguel, de unos 45 años y a quien el joven dijo tener miedo porque es una persona peligrosa vecina de las Tres Mil Viviendas. Miguel añadió que creía que pudo ayudarlos a ocultar el cadáver y que no habló antes de él porque lo había amenazado.
Soledad trasladó hace semanas esta información a la Policía, que ha realizado diversas gestiones para intentar localizar a este individuo aunque sin grandes esperanzas:salvo que el coche era un Opel Vectra granate, Miguel no dio muchas pistas sobre él al no saber si era tío carnal de Samuel ni conocer sus apellidos. Además, acostumbrados a la forma de retorcer la realidad de Miguel, investigadores y abogados no acaban de dar credibilidad a esta versión.
Tras el testimonio de Soledad, juez y abogados visionaron las cintas con las reconstrucciones del crimen que se hicieron en el piso en las tres ocasiones en las que Miguel y otros imputados acudieron para explicar en la escena del crimen cómo ocurrieron los hechos. La Policía ha recreado, con infografías digitales, las dos principales versiones del crimen, la muerte a golpes y el estrangulamiento de Marta tras ser violada.
El juez del caso Marta, Francisco de Asís Molina, apercibió ayer a la ex suegra de Miguel de que no puede pasearse por las televisiones contando detalles del caso porque podría incurrir en un delito de revelación del secreto de las actuaciones.
Molina trató así de evitar que se repita el espectáculo mediático que Soledad Gómez propició al principio del caso, cuando llevó a su hija, de sólo 14 años, a varios platós televisivos. En ellos, ambas detallaron no sólo lo que sabían del caso -que luego, además, se reveló falso cuando sólo unos días después admitieron que Miguel sí les habló del crimen- sino también detalles íntimos de la relación entre la menor y Miguel. Estas entrevistas en televisión dieron lugar a una intervención de la Fiscalía de Menores, que abrió expedientes contra varias productoras televisivas a la que impuso multas por su injerencia en la intimidad de la chica.
