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La familia de Camas no echó a Miguel de su casa por "pena y lástima"

Fue un tío de Rocío el que le dijo que se fuera días antes de ser detenido.

el 15 mar 2010 / 21:29 h.

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Hasta seis miembros de la familia de la ex novia de Miguel Carcaño, el asesino confeso de Marta del Castillo, declararon el pasado viernes en la audiencia preliminar del jurado. Una de las cuestiones sobre las que fueron interrogados fue cómo y cuándo decidieron echar a Miguel de su casa.

Fue el 8 de febrero, pero no lo hicieron ellos porque les daba "lástima", sino un tío de Rocío, la menor ex novia de Miguel.

Así lo señalaron al juez y a las partes los miembros de la familia, quienes aseguraron no saber nada del crimen que Carcaño había cometido.

Según sus versiones, la única que sabía entonces que Marta estaba fallecida era la menor y tanto ella como sus familiares aseguran que no les contó nada.

Sin embargo, Rocío consultó a diversos abogados sobre qué le podía ocurrir si mentía a la Policía después de haber declarado como testigo a los pocos días de desaparecer Marta. En concreto, la joven declaró el 26 de enero (a los dos días de los hechos) y posteriormente el 5 de febrero, ocho días antes de que detuvieran a Miguel.

En estas declaraciones, Rocío negó que conociera lo ocurrido y fue entonces cuando relató que Carcaño volvió a su casa sobre las 22.50 horas y que no le notó nada raro, aunque no le miró a la cara porque estaban enfadados.

Según su última versión, entonces Miguel ya le había confesado el crimen, es más, se lo contó la misma noche, pues dice que salió de la casa para arreglar un asunto con su hermano.

Pese a todo, Miguel Carcaño permaneció en la casa de Camas hasta el 8 de febrero, cinco días antes de su detención. Según contaron, no fueron ellos los que decidieron echarlo de la casa, sino un tío de Rocío que dio el paso cuando se enteró de que el joven no se defendía de las acusaciones que los padres de Marta hacían sobre él en los medios de comunicación. La familia dice que no eran capaces de echarlo porque le tenían "pena y lástima", ya que les habían ofrecido su casa porque creían que el joven estaba "solo en la vida" y era "buena persona".

La salida de Miguel de la casa de Camas se producía a los tres días de que toda la familia tuviese que declarar ante la Policía, unas molestias a las que el joven hace alusión en una de sus conversaciones.

Tras la marcha de Miguel, y pese a que conocía lo ocurrido, Rocío continuaba enviándole mensajes a Miguel de tono cariñoso. De hecho, el mismo día de la detención de Miguel, el 13 de febrero de 2009, la joven le manda otro mensaje en el que le muestra su cariño hacia el joven.

La menor ratificó el viernes su versión íntegra y, pese a la desafortunada frase "si le miento a la Policía, le miento a cualquiera", insistió en que decía la verdad. Su madre, Soledad Gómez, aseguró que su hija estaba contando ahora la verdad, después de dos versiones distintas, porque "lo veo en su mirada".

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