Cultura

La fantasía, un arma cargada de ilusión

El Circo del Sol cautiva a los sevillanos con un espectáculo repleto de magia.

el 19 dic 2013 / 12:22 h.

Circo QUIDAM **** Palacio de los Deportes San Pablo 18 de diciembre. Músicos: Jim Bevan, Billy Lawrewence, Bruno Dumont, Alicia Enstrom, Andre Boyd,.S. Anderson.Intérpretes: Alessandra Gonzalez, Jamieson Lindenburg  Artistas:  Mark Ward, Jp Viens, Ardee Dionisio, Patrick McGuire, Carol Valim, Cory Sylvester, Eei Liang, Tanya Burka, Norihisa Taguchi, Kata Banhegyi, House Troupe, Danila Blim, Lais Camila, Anna Ostapenko, Yves Decoste, Valentine Sidenko, Toto Castineiras... Una niña, llamada Zoe, escapa de la tristeza y el aburrimiento que le produce no recibir la suficiente atención de sus padres huyendo hacia un mundo imaginario y de la mano de dos personajes que representan el misterio y la alegría se sumerge en el universo de Quidam . Es el punto de partida de este espectáculo que El Circo del Sol estrenó en 1996 con la intención de homenajear al transeúnte anónimo de la sociedad occidental, donde forma parte de una masa silenciosa. De ahí su título que en latín significa “cualquiera”. Tal vez por eso tenga un corte más intimista que el resto de los espectáculos a los que esta factoría circense nos tiene acostumbrados, aunque no por ello resulta menos emotivo y cautivador. Y es que, fieles a su estilo, esta obra cuenta con toda una gama de números circenses que cumplen con el “más difícil todavía” no sólo por su perfección técnica, sino por su tratamiento escénico teatral. En  ese sentido cabe destacar el uso de la danza y la pantomima como elemento de transición, así como la banda sonora que nos regala toda una amplia gama de temas que van desde la música popular con tintes eslavos a la música clásica, para terminar con una excelente pieza de música rockera interpretada en directo. CircoDelSol015Como es habitual en esta compañía, el ritmo de la obra va en ascenso. Para ello comienza con con algunos números individuales clásicos del lenguaje circense, como el de ‘La Rueda Alemana, a cargo de Croy Sylvester, el del ‘Diabolo’, con el que Wei Liang nos brinda un número de malabarista repleto de destreza, o el de la ‘Contorsión Área’ con el que Tanya Burka impresionó al respetable que, a partir de ahí, no paró de interrumpir a los artistas con rendidas ovaciones. El número de la comba destaca por su colorido y valor coreográfico, así como por la alegría que transmite. Aunque lo más impactante vendría en la segunda parte, de la mano de artistas como Yves Decoste y Valentiyne Sidenko, dos magníficos malabaristas que se definen como ‘estatuas’ ya que su actuación consiste en delimitar una serie de imágenes fijas, tan hermosas como inquietantes e impactantes, que desafían los límites de la gravedad y la resistencia del cuerpo humano. Y no contentos con eso dotan a su número de una impronta de solemnidad y romanticismo que derrocha ternura. Y qué mejor, para sacarnos de la conmoción, que la figura del payaso.  Así, tras las estatuas nos encontramos con un singular clown con vocación de cineasta que nos propone un divertido juego, esto es, rodar una película en directo con algunos espectadores elegidos al azar. Toto Castineiras, el intérprete de este número, hace las delicias del público con su dominio de la interacción y de la pantomima y nos prepara para el número final, con el que el escenario se llena de piruetas y saltos imposibles interpretados con una limpieza técnica que recuerda a la de algunas piezas de ballet clásico. Lástima que la iluminación, sobre todo en la primera parte, resultara un tanto tenue.

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