La feria de San Miguel cierra el abono sevillano pero, en la práctica, también es la última cumbre de la gran temporada y el postrer duelo del senado de la torería. Quedan las ferias de Madrid y Zaragoza, sí, pero el podio quedará esbozado en Sevilla. A falta de Manzanares, los nombres de Morante y El Juli detentan la máxima expectación de un corto ciclo que se ha revalorizado a la vez que avanzaba esta extraña campaña, que ha acusado como ninguna otra los efectos de la brutal crisis económica pero también de los particulares condicionantes que están minando el planeta de los toros. Hablamos del tremendo bajón de espectáculos y de público, de la nueva fiscalidad que grava el toreo y de esa persistente lluvia abolicionista en su doble versión animalista y nacionalista que ha calado más de lo deseable. La feria se iniciará con un atractivo mano a mano que supone una clara apuesta de futuro. Los jóvenes diestros Antonio Nazaré y Saúl Jiménez Fortes se verán las caras para despachar un encierro de José Luis Pereda. Programado en marzo, este vis a vis no ha perdido vigencia a pesar de las distintas situaciones de ambos diestros: Nazaré no logró rentabilizar su triunfo abrileño y Fortes llega a Sevilla sin apoderado y después de sufrir un doloroso rosario de percances. En cualquier caso, en sus manos podría estar una de las llaves del futuro inmediato del toreo. Los toros de los Hermanos García Jiménez servirán de materia prima para comprobar el excelente estado de forma y fondo de Miguel Ángel Perera, un torero revalorizado que llega al abono otoñal cerrando una excelente temporada que no siempre ha gozado del eco que merecía. Él es el máximo aliciente, si no el único, de este festejo de transición en el que aparecen mucho más desdibujados los nombres de El Cid y Sebastián Castella. Más allá de su contrastada profesionalidad han iniciado el camino de vuelta de sus respectivas carreras después de tocar la cima a mediados de la pasada década. Pero ya lo decíamos antes. El plato fuerte de este corto ciclo septembrino es la corrida del domingo. Morante de la Puebla, Julián López El Juli y Alejandro Talavante estoquearán un encierro de Juan Pedro Domecq y Parladé y, con toda seguridad, acabarán con el papel. El Juli vuelve a Sevilla después de resultar triunfador absoluto de la pasada Feria de Abril en una sola actuación. En la segunda resultó herido de gravedad y no pudo consumar su gesto de matar la corrida de Miura. Morante retorna al patio de su casa en el mejor momento artístico y profesional de su vida torera. La gente le espera y él esta dispuesto. Mucho más irregular ha sido la temporada de Alejandro Talavante, cimentada en la salida a hombros en Madrid y esa corrida televisada en la que logró indultar un toro de Zalduendo.
