El cuerpo del poeta Federico García Lorca fue enterrado en la zona del Caracolar y después desenterrado y trasladado a otro lugar para ocultar pruebas de su muerte. Esto, al menos, recoge el libro Lorca, el último paseo, de Gabriel Pozo, que apunta también que el objetivo de los militares no era Lorca, sino el socialista Fernando de los Ríos.
Según dijo a Efe el autor, el lugar del Parque García Lorca donde se cree que está el cadáver del poeta fue señalado en los años sesenta por Manuel Castilla Blanco, que años más tarde se desdijo y afirmó que él llegó tres días después de los hechos, por lo que "ni vio a Lorca ni tomó parte en su enterramiento".
Pozo considera más "creíble" la versión del capitán Nestares, que apunta al Caracolar, un paraje cercano a donde se busca la fosa común donde se supone que están los restos.
