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La foto

Una reciente foto de Obama en un partido de baloncesto sigue impactándome por la naturalidad con la que aparece, no sólo por lo relajado de su actitud sino por la tranquilidad con la que se desenvuelve en un espacio de ocio compartido con otros ciudadanos. Las fotos de políticos tienen una dimensión mediática que suscita el análisis simbólico...

el 16 sep 2009 / 00:17 h.

Una reciente foto de Obama en un partido de baloncesto sigue impactándome por la naturalidad con la que aparece, no sólo por lo relajado de su actitud sino por la tranquilidad con la que se desenvuelve en un espacio de ocio compartido con otros ciudadanos. Las fotos de políticos tienen una dimensión mediática que suscita el análisis simbólico y la comparación con la práctica usual en nuestro entorno.

En primer lugar, que un responsable público disponga de vida privada debiera ser obligado, aunque no siempre es así; y no porque no tenga oportunidad, sencillamente porque no sabe hacer otra cosa. Esto, que tan bien describió Felipe González en una entrevista con María Antonia Iglesias al hablar de autonomía personal, debiera ser exigible: no sólo por salud mental sino, sobre todo, porque ayudaría a prevenir la endogamia intelectual que sólo sirve para alimentar lo ya sabido y aleja de cualquier duda razonable así como de las opiniones diversas de quienes viven las políticas públicas.

Y en segundo lugar está la manera en que se conducen en esos espacios: la foto a la que aludo -y sin desconocer la existencia de medidas de seguridad- refleja un lenguaje corporal de alguien que se siente un ciudadano más; como me decía una persona inteligente, posiblemente porque es herencia de su paso, como trabajador, por los servicios sociales de su ciudad.

Sin embargo, al menos para mí, esa foto me impacta por lo poco acostumbrado que estoy a ver a responsables públicos conducirse de tal manera: sus formas de vestir, sus lenguajes corporales, sus comentarios,? remiten en exceso a subrayar la distancia con la ciudadanía y el alejamiento de lo que ocurre en la vida real. Quizá por eso, antes que como personas, se les vea, peyorativamente, como políticos.

Licenciado en Historia.

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