Cultura

La Fundación Mario Maya se llevará a Granada el archivo digital del coreógrafo

Seis años después de su muerte, la entidad que creó su viuda para difundir su legado no cuenta con apoyos públicos en Sevilla, que ignora al artista en la Bienal de Flamenco y en su callejero. Para rotularle una parte de la calle donde vivió, el Consistorio mandó a su esposa a buscar firmas.

el 30 jun 2014 / 15:00 h.

Cuando en septiembre de 2008 fallecía Mario Maya, fueron innumerables los elogios que brotaron de las administraciones públicas, que incluso llegaron a pugnar, en el caso de varios ayuntamientos andaluces, por convertir sus ciudades en sede de la fundación que se encargaría de velar y difundir el legado de este gran artista. Finalmente su viuda optó por Sevilla, después de recibir varias promesas de apoyo por parte de sus instituciones. Ahora que se acerca el sexto aniversario de su pérdida, la situación ha cambiado mucho. El desinterés sevillano por reivindicar la herencia cultural del coreógrafo ha motivado que la que fuera su esposa, Mariana Ovalle, haya alcanzado un acuerdo con Granada –ciudad que acaba de erigirle un monumento en el Paseo de los Tristes– para depositar allí, en un edificio situado a los pies de la Alhambra, el valioso archivo digitalizado del bailaor. INAUGURAN MONUMENTO HOMENAJE AL BAILAOR MARIO MAYASu viuda y presidenta de la fundación explicaba ayer a El Correo su decisión, y aunque aseguraba que no busca quejarse, recordaba que «Sevilla le debe mucho a Mario, porque aquí hay una gran cantera de artistas flamencos de su escuela», por lo que dijo no entender que no se reivindique y difunda más su legado. No es la primera vez que la capital hispalense desaira a esta entidad. En 2008, el anterior equipo de gobierno local (PSOE-IU) ofreció a la fundación un espacio para instalarse en el antiguo convento de Santa Clara, una vez estuviera restaurado. Sin embargo, al llegar a la Alcaldía el PP, esta propuesta fue retirada por los nuevos responsables del área de Cultura, ya que los planes para el edificio de la calle Becas eran otros, algo de lo que su viuda se enteró por la prensa. Aunque la concejal de Cultura, María del Mar Sánchez Estrella, prometió entonces ayudar a buscar otro enclave, su fundación optó por transformar la casa del creador, en la calle Atanasio Barrón, en un museíto dedicado a su figura. Allí se encuentra su archivo, que incluye manuscritos, diseños, fotografías, audios y vídeos de creaciones como El amor brujo, De Cádiz a Cuba, la mar de flamenco o Tres movimientos flamencos, entre otras. Todos estos fondos han sido digitalizados por la fundación y ahora podrán ser consultados en Granada, en la Casa de Chirimías, edificio cedido por aquel Ayuntamiento para abrir un centro dedicado a la memoria del artista. «Queríamos que estos fondos fueran públicos. Hablamos con varias instituciones y al final se podrá hacer en Granada», explica Ovalle. Aunque los originales seguirán almacenados en la sede sevillana, allí no podrán ser consultados –salvo que se pida cita expresa para ello– debido a que la falta de estructura y recursos impide a este centro abrir sus puertas de forma permanente. La viuda lamenta que en Sevilla su fundación no haya encontrado apoyo ni en el Ayuntamiento ni en el Instituto del Flamenco de la Junta. «Las instituciones están dejando caer en el olvido la memoria de Mario. Nunca he querido lucrarme ni he hecho nada por dinero, sólo he pedido ayuda para difundir su legado, porque su archivo es una parte importante de su vida, pero sobre todo es el reflejo de una época del flamenco». Por ello, mostró su satisfacción de que se vaya a abrir este centro en Granada, una ciudad con la que lleva trabajando en los últimos tres años para erigir una escultura en el Paseo de los Tristes. Inicialmente, Ovalle estuvo conversando sobre el futuro del archivo con la Junta, que se ofreció a ayudarla con la digitalización a través del Centro Andaluz del Flamenco de Jerez, ciudad en la que le propusieron depositarlo. Ella, en cambio, siempre prefirió dejarlo en Sevilla o Granada, por la relación de estas capitales con Mario, aunque reconoce que, ante la falta de apoyos, llegó un momento en que pensó llevarse los fondos a alguna universidad de México. Con el Ayuntamiento de Sevilla ni siquiera lo intentó, porque no esperaba apoyo alguno. «Ya les pedí ayuda para rotular con el nombre de Mario un trozo de la calle donde vivió y donde está su fundación, en Atanasio Barrón, y me respondieron que era muy complicado porque los vecinos se quejarían y me invitaron a recoger firmas si quería hacerlo». Tampoco espera demasiado del Consistorio, confiesa, después de que dejaran fuera a su fundación del convento de Santa Clara. «De aquello no se volvió a hablar, pero todavía espero que me digan algo», lamenta. Su última mala experiencia la vivió con la Bienal de Flamenco. «Hice una propuesta musical al festival para homenajear a Mario. Convencí al Pele, la Macanita y el Cigala para que participaran. Al tratarse de Mario aceptaron incluso rebajar sus cachés. Pero la organización ni respondió. Aún estoy esperando que me llamen. Y yo entiendo que no haya dinero y esto pueda no interesar a la Bienal, pero creo que por respeto se debe contestar. Sevilla le debe mucho a Mario. Y estoy segura de que el tiempo le hará justicia», concluye. MONUMENTO EN GRANADA. La ciudad de Granada ya ha rendido su homenaje al fallecido bailaor Mario Maya, que tenía una especial vinculación con el barrio del Sacromonte, con la colocación en el Paseo de los Tristes de una estatua del artista que recuerda su arte flamenco. Mario Maya (Córdoba, 1937-Sevilla, 2008), Medalla de Plata de Andalucía y Premio Nacional de Danza del Ministerio de Cultura en 1992, es considerado una de las principales figuras del baile en Andalucía, además de compositor y coreógrafo. Aunque de origen cordobés, vivió su infancia en el Sacromonte granadino y desarrolló su carrera en Sevilla. Muy joven se trasladó a Madrid para ampliar su formación y su debut llegó a los 13 años con Manolo Caracol, pasando a trabajar después en todos los tablaos de la capital, si bien siempre tuvo una gran vinculación con las afamadas cuevas flamencas del Sacromonte. La estatua, del escultor Miguel Moreno, luce desde el pasado en el Paseo de los Tristes, a los pies de la Alhambra, donde puede verse a un Mario Maya «parado, pero en movimiento, en equilibrio constante», según destacó durante la inauguración el alcalde en funciones, Juan Antonio Mérida, quien además anunció que junto a esta ubicación se situará próximamente una de las sedes de la Fundación Mario Maya, en referencia al archivo digitalizado del artista.

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