Su galería -aunque nunca lo haya pretendido- es un refugio, una ventana por la que se cuelan nuevos aires, un símbolo de resistencia. Y es que mientras otros se cansaron por el camino y huyeron a climas más amables, Rafael Ortiz cumple esta semana 25 años al frente del espacio expositivo con más proyección nacional e internacional de la ciudad. Cumple un cuarto de siglo de "labor heroica" en un escenario hostil para el arte contemporáneo como es Sevilla; las bodas de plata como escaparate "puntero" de lo que se estaba haciendo en España y Europa "en cada momento".
La que suscribe estas declaraciones es María Corral, una de las comisarias con más predicamento en el sector del arte contemporáneo en nuestro país, ex directora del Museo Reina Sofía, que ejerce para la ocasión de comisaria de la exposición con la que Rafael Ortiz celebra este cumpleaños, y que quedará inaugurada mañana en el monasterio de San Clemente. El mero hecho de organizar una exposición con las piezas que conforman su exquisita colección privada es ya de por sí una muestra del talante y el compromiso que ha guiado el trabajo de Rafael Ortiz y su esposa Rosalía benítez desde el inicio de su carrera. "Hay otros que organizan una cena con sus amigos; aquí hay una ambiciosa exposición de obras, no sólo de sus artistas, sino de todos con los que se han querido quedar y convivir durante todo este tiempo", aseguró Corral.
Así, durante más de un mes, Sevilla podrá disfrutar de esta exposición compuesta por obras "que recorren los diferentes caminos del arte contemporáneo", especialmente cambiante y complejo. La selección de las obras, a diferencia de las que forman parte del fondo de la galería, escapa a un criterio de selección homogeneizador, dejando entrever más "un gusto personal". "La casa ha quedado devastada", bromeaba ayer Rafael Ortiz, que ha descolgado el 80% de su colección privada para mostrarla al público en Sevilla, y sacar "una parte muy íntima de nosotros".
Entre ellas hay piezas de artistas que están vinculados a la primera época de la galería, pero que hoy día aún continúan trabajando con ella, como son las de José María Baez, Patricio Cabrera, Dorothea Von Elbe o Guillermo Pérez Villalta, entre otros. Además de las piezas que hablan de los comienzos, se presentan otras absolutamente recientes, de artistas jóvenes más destacados en el panorama nacional, que han sido incorporadas al espacio expositivo en los últimos tiempos. Así, podrán verse trabajos de José Miguel Pereñíguez, Miki Leal o Manolo Bautista. En este recorrido por su cuarto de siglo, la exposición también se hace eco de aquellos artistas que mostraron su trabajo por primera vez en la Galería Rafael Ortiz, como es el caso de Luis Mayo, Ángel Padrón o Jorge García Pfretzschner.
Pero tampoco podían faltar tampoco obras de grandes artistas contemporáneos de alcance internacional como son las del sevillano Luis Gordillo, uno de los máximos exponentes de la vanguardia en España, las de Carmen Laffón, las del colectivo Equipo 57, referente incuestionable cuando se trata de estudiar los trabajos en el campo puro de la abstracción; los trabajos de Pablo Palazuelo y Carlos Alcolea, máximas figuras del panorama del arte en España.
