Cofradías

La herencia de las esquilas

el 12 abr 2011 / 19:05 h.

Juan Francisco Guillén (izquierda) entregará la campanilla de muñidor a su hijo Juan (derecha) este Viernes Santo.

Sólo el Giraldillo y el simpático curro de la Expo 92 rivalizan con él en imágenes repartidas por los cinco continentes. Es, sin duda, uno de los personajes más fotografiados de la Semana Santa de Sevilla. Tanto que su relevo es toda una noticia. El nombre de Juan Francisco Guillén Gómez seguro que no les suena mucho. Pero si hablamos del muñidor de la Mortaja , más de uno hasta le pone cara, con sus características patillas.

Y es que para muchos Juan Francisco es el muñidor, pero muñidor, muñidor durante todo el año, ya se cruce con él por Escuelas Pías en navidades o en un paseo por la orilla de la playa. "¡Mira, el muñidor de la Mortaja!", está acostumbrado a escuchar este sevillano.

Pero este año no lo busquen en la delantera de la Cruz de Guía. No. Él no irá ahí, sino con el rostro cubierto por el antifaz negro y empuñando la vara dorada. Sí, ha cambiado las esquilas por la presidencia del paso. En su lugar, el muñidor del próximo Viernes Santo tendrá un nuevo rostro, más joven, aunque si lo miran detenidamente seguro que le sacan parecido a Juan Francisco.

Y razones no le faltarán, pues se trata de su propio hijo. "Es algo en lo que no he intervenido para nada. Como hermano mayor, me abstuve en la votación que realizó la junta de gobierno para su elección. Pero tengo que reconocer que me gusta que mi hijo siga mis pasos. Sería hipócrita decir lo contrario", reconoce Juan Francisco, que se ha llevado la friolera de 25 años dándole a la campanita para pregonar la mortaja del Señor.

Él fue el primer hermano que encarnó este personaje. Antes habían sido los Santizo los que, previo pago, asumían el cargo. Un lugar privilegiado que Juan Francisco resume así: "Es la primera foto que tiene la gente de la cofradía", señala aunque confiesa no tener demasiada nostalgia por dejarlo. "A mí lo que me gusta es salir en mi hermandad y disfrutar de la estación de penitencia, ya sea aquí o de nazareno".

Este año lo hará bajo el antifaz, con la túnica que le han traído los Reyes Magos. De momento, dice que sólo le ha dado un consejo a su chaval: "Que esté tranquilo y que disfrute al máximo", pues este joven de 19 años (cumplirá los 20 en mayo) conoce "muy bien" el puesto y sabe lo que es ser muñidor al haberse llevado cuatro años saliendo de servidor de librea.

Pero hay cosas que requieren de práctica, incluso la de ser el muñidor: "Aún no te tenido ocasión. Habrá que practicar un poco", destaca el joven Juan, estudiante de Ingeniería Agrónoma, que decidió presentarse al cargo nada más conocer la renuncia de su padre. "Ni me lo pensé. Quería seguir la tradición familiar. Me hacía mucha ilusión", señala.

El muchacho admira el trabajo de su padre, del que dice ha dejado "un nivel tan alto", y espera "estar a la altura y mantener el tipo" para devolver la confianza que en él han depositado los oficiales de junta. Eso sí, sólo pide una cosa: "Que no llueva". En el año de su debú, el joven Juan cuenta con sus primeros fans. Sus amigos y compañeros de clase, quienes han anunciado que irán a verlo: "Dicen que vendrán a verme para hacerme reír. Lo tienen muy difícil", remacha el chaval.

Lo que sí no tendrá más remedio que aguantar es el chaparrón de flashes que le lloverá allá por donde vaya: "Seguro que es el centro de atención. Y ahora más con la cantidad de cámaras y móviles que hay, mucho más que cuando yo empecé a salir. Va a ser fotografiado un montón", apunta el recién estrenado hermano mayor de la Mortaja.

Sea como fuere, padre e hijo se disponen a vivir un Viernes Santo memorable, cada uno estrenando puesto en la cofradía. "Es la mejor herencia que me ha podido legar", reconoce el joven, que, pese a estar liado con los estudios, saca tiempo para ensayar "más de una vez" aquello de mirada al frente, paso adelante y... clin, clan. Un sonido que renueva su sabia. El relevo de este año dará sentido a la recurrente frase que se escucha al paso de la Mortaja: "Este muñidor es nuevo. Éste no es el de año pasado". Ahora, sí que sí.

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