Mediados del siglo XI. Muertos y seres de ultratumba deambulan e imponen su terror por un mundo engullido por la magia. La Hermandad de Luz, preocupada por el negro destino que se avecina, se encuentra dividida entre dos teorías que son las responsables de lo que está ocurriendo en la tierra. La primera, que las órdenes del cielo no pueden verse reflejadas en la Tierra debido a un hechizo, y la segunda, que Dios ha abandonado a su suerte a los habitantes del planeta. Esta segunda es la que cree el protagonista del juego, Gabriel Belmont, que le lleva a enfrascarse en una aventura íntima y personal por saber qué ocurrió con la muerte de su amada Marie y así poder saciar su sed de venganza.
Pero primero, Gabriel debe de recuperar los trozos de la máscara de Dios que están en manos de los Lords of Shadow. Esta máscara permite a los señores de las sombras poder levantar a los muertos de sus nichos para manejarlos a su antojo. La recuperación de estos fragmentos mientras se lucha y se defiende a la humanidad es el argumento con una profecía que predice que llegará a la tierra un enviado de Dios, el señor de las sombras, para erradicar todo el mal que recae sobre el mundo. Un argumento que encaja a la perfección en la saga y que la sitúa en un espacio anterior a cualquier otra.
Un gran número de enemigos cuidados al detalle en sus texturas. Las vampiras Carmilla y Laura, arañas, licántropos y titanes, acompañan al batallón de vampiros en un derroche de creatividad artística al que no nos tienen acostumbradas las desarrolladoras hispanas. Las plataformas que forman parte del cuerpo de cualquier Castlevania pasan casi desapercibidas por la linealidad que tiene el juego. Los escenarios, gracias al aspecto gótico, son ricos en gráficos y colores. El juego rebosa talento en su elaboración y ha cuidado todos los detalles en un universo épico donde las armas, combos y la lucha final están repartidos en la docena de capítulos del juego.
Un juego desarrollado íntegramente por la compañía española Mercury Steam afincada en Madrid. David Cox produce el juego y la supervisión ha pasado por la pila bautismal de Hedio Kojima. Los madrileños han tirado para adelante y han cogido el toro por los cuernos desempolvando uno de los títulos que año tras año no acababa de levantar cabeza, después de flirtear sin suerte por el 3D. Un mérito enorme ante un título de culto y por el que nadie apostaba por sacarlo de sus cenizas. Mercury Steam ha puesto, con 70 personas durante el desarrollo, toda la carne en el asador para pasar continuamente con nota las exigencias del sello Kojima en esta entrega de la saga, que va a cumplir sus bodas de plata con 35 entregas a sus espaldas. Desde Vampire Killer en el año 1986 a Curse of Darkness en 2005, el nuevo Castlevania Lords of Shadow afronta un nuevo reto con origen en Occidente que recibirá antes de Navidad la confirmación de la alternativa en el exigente territorio oriental.
