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La Hispalense cierra la puerta a que alumnos de FP convaliden estudios

La Universidad de Sevilla se ha descolgado de un convenio suscrito con la Junta que llevaba un año en marcha y que permitía a alumnos de FP entrar en la facultad con materias convalidadas. Del acuerdo se beneficiaban 591 estudiantes, a los que la Hispalense ha dejado en la estacada.

el 14 sep 2009 / 21:51 h.

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La Universidad de Sevilla se ha descolgado de un convenio suscrito con la Junta que llevaba un año en marcha y que permitía a alumnos de FP entrar en la facultad con materias convalidadas. Del acuerdo se beneficiaban 591 estudiantes, a los que la Hispalense ha dejado en la estacada.

El rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Florencio, ha comunicado por carta a la Consejería de Educación que se desmarca del convenio firmado hace un año para crear puentes entre ciclos de FP y algunas carreras universitarias, lo que posibilitaba a alumnos de instituto acceder a una titulación con hasta el 40% de las asignaturas convalidadas.

El convenio servía para abrir una puerta entre dos sistemas académicos que tradicionalmente habían discurrido en paralelo. Los universitarios accedían a una preparación más práctica -el 70% logra trabajo nada más terminar un ciclo formativo de grado superior- y los chavales de FP perfeccionaban su nivel en una facultad que les convalidaba hasta dos años en algunos casos.

El rector de la Hispalense ha optado por abortarlo porque el trasvase de alumnos daba muchos "problemas administrativos", según consta en la misiva remitida a la Junta. "También nos dijo que había universitarios a los que no les había sentado nada bien que se les diera tantas facilidades a los estudiantes de FP", explica disgustada la directora general de FP de Educación, María José Vázquez.

La decisión del rector no ha sentado bien en la consejería, que en esta legislatura se ha volcado en potenciar los estudios de Formación Profesional. "Todas las universidades terminarán sumándose al convenio porque está en la LOE. La Pablo de Olavide ya ha mostrado su interés por engancharse, así que no entendemos que el rector se haya echado atrás por un problema con el papeleo", explican fuentes de Educación.

diez expulsados. Lo cierto es que los "problemas administrativos" a los que alude el rector en su carta han acabado en el despacho del defensor del Pueblo Andaluz, quien hace unas semanas abrió una investigación a raíz de la queja formal de una decena de alumnos de FP de Málaga que fueron aceptados en la Hispalense y han acabado expulsados tras casi dos meses de clases.

Andrés Morilla, Javier Martín y Daniel de la Torre son tres estudiantes malagueños que terminaron un ciclo formativo de grado superior de delineante -Desarrollo y aplicación de proyectos de construcción- y vinieron a Sevilla para matricularse en Arquitectura Técnica. Algunos de sus compañeros del Colegio San José Obrero habían hecho lo mismo justo un año antes y les habían convalidado 67 créditos de los 250 que tiene la carrera (un año entero y todas las materias de libre configuración). Sus profesores en el instituto les animaron a hacerlo.

Merecía la pena viajar a Sevilla, buscarse un piso, pagar un alquiler, pagar una matrícula de casi 800 euros y empezar a hincar los codos. La Hispalense les aceptó y fueron universitarios durante casi dos meses. Pero cuando hubo que formalizar la matrícula, recibieron un SMS diciéndoles que estaban fuera. Se habían licenciado a la primera, pero el instituto puso en sus matrículas que habían aprobado en septiembre y, a pesar de que los profesores enviaron a la Hispalense una carta de rectificación, ya no hubo forma de arreglarlo. Las normas decían que sólo entraban los aprobados en junio. Entonces sobrevino el caos que acabaría en la oficina del defensor del Pueblo.

"Sólo fui a Sevilla porque me convalidaban la carrera y en Málaga no. He perdido el año y el dinero del piso. No me han devuelto los 733 euros de la matrícula de Arquitectura y me he vuelto a Málaga porque Sevilla ya no convalida el año que viene", denuncia Andrés, de 20 años.

"Con la preinscripción me aceptaron en la residencia Rector Estanislao del Campo, que costaba 700 euros al mes. Cuando me expulsaron, tuve que dejarla y me multaron con 200 euros de fianza. Tuve que matricularme en una privada en Madrid para no perder el año", expone Javier, de 21 años.

Y un caso más de los muchos que se han dado: "Cuando me aceptaron en Arquitectura, el Ministerio de Educación me concedió una beca, pero al expulsarme me la quitaron. Tuve que dejar los estudios y ponerme a trabajar", refiere Daniel, de 21 años.

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