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El de Shanghai es el ranking más prestigioso de todos los que miden en la actualidad el impacto de la investigación que se hace en las universidades de todo el mundo. Pero después de él se sitúan medidores como el Ranking Internacional SIR (SCImago Institutions Rankings), cuyos últimos resultados -el SIR World Report 2012- serán usados por las universidades españolas como el aval perfecto para defender la necesidad de seguir invirtiendo en I+D+I frente a la política de recortes que aplica el Gobierno central para cumplir con el objetivo de déficit.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), sus investigadores y sus publicaciones, están, según este ranking, entre las diez instituciones con mayor impacto internacional en el mundo de la ciencia (en España ocupa el primer puesto). Por delante suya se sitúan la Universidad de Harvard (en cuarta posición) o el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos (séptimo), por citar solo dos ejemplos.
Esta situación privilegiada puede revertirse en poco más de un año, ya que el ránking SCImago ha publicado en 2012 el impacto, la excelencia y el liderazgo de la investigación realizada en el periodo 2006-2010, fechas en las que todavía los recortes no habían impacto de lleno en el CSIC y las universidades. El CSIC acumula en estos momentos un déficit de 153 millones de euros.
De esta situación es consciente la Universidad de Sevilla, que en esta última oleada del SCImago ha escalado 16 peldaños, situándose en el puesto 413 de las 3.290 instituciones mundiales calificadas. Si se tienen en cuenta solo los organismos europeos, la Hispalense se coloca entre los 150 mejores. En España, ostenta la décima posición, teniendo por delante a todas las universidades catalanas, valencianas y madrileñas. La Universidad de Granada ocupa el octavo puesto en el ranking nacional de SCImago.
El informe de SCImago analiza aspectos clave como la producción científica, la especialización, internacionalización, calidad y visibilidad de las investigaciones.
La vicerrectora de Internacionalización de la Universidad de Sevilla, Carmen Barroso, confía en mantener o mejorar la posición en los próximos ranking. Pero no se llama a engaño: "Obviamente nos afectan los recortes, como a todos, aunque espero que lo que estamos haciendo por potenciar la investigación dentro de la Hispalense no se desmorone", señaló ayer en declaraciones a este periódico. De hecho, el rector de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano, llegó hace tan solo unos meses al Rectorado con el compromiso prioritario de devolver a la Hispalense a puestos relevantes. De ahí que creara un vicerrectorado específico para ello y que involucrara en este cometido a la inmensa mayoría de los vicerrectorados y estamentos del gobierno universitario.
En el caso del ranking de Shanghai el objetivo está en volver a estar entre las 500 mejores universidades del mundo. La próxima edición de este medidor de la calidad científica mundial se conocerá en agosto. La Hispalense no pierde la esperanza en conseguir mejorar la nota de ediciones anteriores, aunque es difícil habida cuenta de que, entre los indicadores que tiene en cuenta este ranking están el número de premios Nobel que atesora la institución y las medallas tipo Fields con las que se premian investigaciones sobresalientes en el campo de las matemáticas.
