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La Iglesia declara la guerra al aborto y reta a quien lo apoye

Martínez Camino avisa de que votar a favor de la ley supone estar en pecado público.

el 11 nov 2009 / 20:49 h.

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El obispo auxiliar de Madrid y secretario de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, dijo ayer que los católicos no pueden apoyar el proyecto de ley del aborto, ni darle su voto, y, si lo hacen, "están objetivamente en pecado público y no pueden ser admitidos en la sagrada comunión".


Camino, durante un desayuno informativo organizado por la Fundación San Pablo-CEU, precisó que esto no quiere decir que estén excomulgados, ya que "la excomunión está prevista en el Código de Derecho Canónico para quienes son cooperadores directos de un aborto realizado".


El secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal Española ofreció una conferencia sobre El derecho a la vida en la que sentenció que "todos tenemos derecho a la vida; si existe o no conflicto entre el derecho de unos frente al de otros, y si el Estado debe proteger siempre este derecho". Para el prelado, nadie puede privar de la vida a un ser humano inocente: "Es un principio que no admite excepciones y que está basado en la dignidad inviolable de todo ser humano, lo que significa -explicó- que el ser humano es un ser en sí mismo, no un medio para un fin, es siempre sujeto y no objeto". Camino se preguntó "¿quiénes son todos, quién es el ser humano?", para responder que donde hay un cuerpo humano vivo hay un ser humano y una dignidad inviolable, y eso ocurre "desde el mismo momento de la fecundación porque el cuerpo se desarrolla desde una continuidad que no permite hablar de pre-humano o de post-humano".

Reconoció que pueden existir problemas de todo tipo que lleven a una mujer a tomar la decisión de abortar y agregó que no son pocas las circunstancias adversas y de todo tipo que pueden llevar a esa decisión, incluso el desánimo de no querer traer a un mundo hostil un nuevo ser humano. Respecto al papel del Estado, Camino dijo que éste debe proteger siempre el derecho a la vida y no puede ponerse "encima del ser humano".


La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, restó importancia a la opinión de Camino, "porque la Iglesia es mucho más de lo que representa el secretario general de la Conferencia Episcopal". Mucho más duro fue el número dos del grupo parlamentario socialista, Eduardo Madina, quien calificó de "amenazas de hace 60 años" las palabras de Camino, y añadió que el PSOE "no votará en función de lo que opinen los obispos".

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