Cultura

La Imperdible no programará de aquí a dos temporadas

El final de una larga etapa de 18 años en la Plaza San Antonio de Padua era una crónica largamente anunciada. Sin embargo, la noticia ayer de que La Imperdible no tendrá una sede de transición mientras se construye su nuevo teatro en la margen del río de la calle Torneo.

el 14 sep 2009 / 21:44 h.

El final de una larga etapa de 18 años en la Plaza San Antonio de Padua era una crónica largamente anunciada. Sin embargo, la noticia ayer de que La Imperdible no tendrá una sede de transición mientras se construye su nuevo teatro en la margen del río de la calle Torneo, cogió por sorpresa a todos. La mudanza se realiza estos días a un almacén de Espartinas.

Heredaron de la compañía de José Luis Castro (quien años después sería director del Teatro de la Maestranza) un local algo destartalado pero céntrico donde poner en marcha su proyecto Imperdible.

José María Roca y Gema López se unían así -en plena transición entre las décadas de los 80 y 90- al grupo de artistas que venían ocupando -y reinventado como centros de creación- antiguos corrales de gremios de artesanos repartidos por la Sevilla intramuros (Bustos Tavera, la Plaza del Pelícano, incluso el taller de doradores de la torre de Don Fadrique son algunos ejemplos). Desde el patio central de la nueva sede -que desde el siglo XVII había sido una herrería- se abrían tres bocas que luego se convirtieron en la sala La Imperdible, donde se han representado las obras fundamentales que ayudan a escribir la historia del teatro contemporáneo en Andalucía; el Almacén, local de conciertos y bar donde aún resuena el piano de Tete Montoliú; y la Herrería, una sala multidisciplinar dedicada a las artes plásticas.

Todo esto desaparecerá en cuestión de días. Inmersos en una mudanza hacia el extrarradio, Roca y López tienen que abandonar el local el próximo 31 de diciembre, una noticia que ya se conoció hace meses, y para la que el personal de la sala y la compañía del mismo nombre lleva preparándose desde entonces. Un local en la vecina calle Curtidurías parecía ser la solución de transición hasta que La Imperdible pueda disfrutar de su nuevo teatro en la calle Torneo, un proyecto largamente acariciado que podrán llevar a cabo gracias al Plan Director de Espacios Escénicos que puso en marcha el anterior delegado municipal de Cultura, Juan Carlos Marset.

Hasta entonces, Roca se atreve a decir que podrían pasar dos años, un tiempo durante el cual la compañía tenía prevista instalarse en el almacén de Curtidurías; incluso se llegó a plantear un proyecto de sala para seguir manteniendo su programación habitual, un punto que se ha desestimado porque "la propiedad del inmueble tiene un contencioso con el ayuntamiento y no se puede hacer nada".

Quejas.

"La Imperdible había tocado fondo, era la hora de marcharse", reconocía ayer nostálgica Gema López, que a pesar del esperanzado futuro, no ve bien "que espacios como éstos, que son parte de la historia de la ciudad, queden arrasados por la especulación inmobiliaria". Para nada sirvió una reiterada petición de darle una protección a este suelo para uso cultural.

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