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La importancia de un bebé llamado Javier

La unidad de Genética, Reproducción y Medicina Fetal del Hospital Virgen del Rocío ha protagonizado este pasado fin de semana uno de esos acontecimientos que permiten un ejercicio de orgullo colectivo por parte de una sociedad.

el 15 sep 2009 / 16:47 h.

La unidad de Genética, Reproducción y Medicina Fetal del Hospital Virgen del Rocío ha protagonizado este pasado fin de semana uno de esos acontecimientos que permiten un ejercicio de orgullo colectivo por parte de una sociedad. En su seno ha nacido un niño, Javier, cuya particularidad es que se trata del primer bebé libre de enfermedad hereditaria cuyo perfil genético es compatible con el de su hermano enfermo. Gracias a ello, dentro de pocas semanas se trasplantarán células madre del cordón umbilical de Javier a su hermano Andrés y éste tendrá entre un 70% y un 90% de posibilidades de curarse de la beta-talasemia major que padece, una anemia congénita que obliga a practicar continuas transfusiones de sangre a los afectados por ella y que les da una esperanza media de vida de no más de 35 años. Sólo por darle esta oportunidad a este niño habrá valido la pena el trabajo realizado a lo largo de este último año y medio por un equipo integrado por 14 investigadores y por 31 profesionales médicos. En ocasiones, los hospitales de la red andaluza aparecen en los medios de comunicación por problemas en las listas de espera, la saturación de los servicios de Urgencias o las demandas que se presentan contra el SAS por supuestas negligencias médicas. Estas críticas son las lógicas de un sistema sanitario de las dimensiones del andaluz, pero no deben empañar lo mucho y bueno que hacen sus profesionales. El Virgen del Rocío, como centro de referencia del entramado sanitario de Andalucía, es un buen ejemplo. Las operaciones múltiples de trasplantes o estos diagnósticos genéticos constituyen una muestra fehaciente de los avances de la sanidad pública de la que hay que enorgullecerse. Andalucía se sitúa en la vanguardia en una investigación científica que, más allá de polémicas caducas, mejora la calidad de vida de los enfermos y en ocasiones les da literalmente la vida. Ante eso, sólo resta la felicitación pública a quienes han participado de esta actuación.

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