La parálisis cerebral que sufre un escritor de Estepa no es impedimento para que desarrolle su afición por la poesía. Pedro Villalba, además, se proclama autodidacta: "Todo lo he aprendido por mi cuenta". Su abuelo, ganadero, le influyó a través de los cuentos que escuchó en su infancia.
Con 42 años -"cumplo 43 el próximo día 19"- a este hombre lo que más le gusta es salir a la Plaza del Llanete de Estepa a "buscar la inspiración". Le gustan los temas cotidianos, observar el paso de sus vecinos y memorizar aquello que le inspira, para luego volcar las ideas en el ordenador de su vivienda: "Normalmente no apunto nada, sólo lo memorizo".
Con sus dos muletas se mueve por todo el pueblo. "No para en casa", dice su madre, con la que vive. La prueba de ello es que por Estepa le conoce "casi todo el mundo", según presume este escritor.
Muchos saben de su afición a la poesía porque sus colaboraciones con el periódico del municipio hace que sus escritos se conozcan en la Sierra Sur. Pero él espera algo más. Comenta que el hecho de aparecer en El Correo de Andalucía quizás le permita que alguna editorial se interese por sus historias.
"Me gustaría ser más reconocido", sueña. Él mismo comulga con el dicho popular y bíblico de que nadie es profeta en su tierra, pero reconoce que la falta de fama le entristece. "Me siento como los escritores, sólo y poco reconocido", admite.
Pasa la mayor parte del tiempo paseando por este pueblo de la Sierra Sur y escribir lo mantiene ocupado pero, sobre todo, le supone una vía de escape porque la parálisis cerebral es mucho más que un dolor de cabeza. Tiene dificultades a la hora de hablar -pero, por los resultados, no a la de escribir- debido a su grave enfermedad, que también ensombrece su ánimo a veces.
"La poesía es una manera de transmitir mis pensamientos", subraya. Dice que le basta con ver una muchacha guapa para inspirarse. De hecho, reconoce que tiene un amor platónico sobre el cual escribe, pero del que no piensa "revelar su nombre".
El poeta paralítico cerebral sólo tiene los estudios de la antigua EGB (Educación General Básica, antecesora de la Educación Primaria) y reconoce que no lee demasiado, pero eso no le ha impedido publicar dos libros de poemas y comenzar un tercero. Poemas y Mi vida, una noria fueron sus primeros títulos.
Tiene terminado un tercero, Sensaciones de un poeta, listo para enviar a la imprenta de un amigo y en el que aparecen, entre otros temas, la Plaza del Llanete, su amor platónico y algunos poemas de temática social.
