Paz y Bien recibirá este año la visita de 15.000 escolares en su granja escuela de San Buenaventura ubicada en Alcalá de Guadaíra. Los pequeños tienen la oportunidad de conocer la naturaleza, pero sobre todo de aprender que los discapacitados también son personas normales.
Los escolares aprenderán el proceso de producción de los elementos que tienen en su mesa y de los animales de granja algo que para muchos niños de la ciudad resulta desconocido. Todo ello se lo enseñan las personas con diversas minusvalías que aprenden en Paz y Bien, de forma que se contribuye a que se sientan útiles, al tiempo que los niños ven en ellos a personas normales y capaces.
Las dependencias de San Buenaventura forman parte de los centros que Paz y Bien tiene en Alcalá y está en proceso de ampliación. En el nuevo edificio, las personas acogidas recibirán formación profesional y realizarán productos que pondrán en el mercado, como la cerámica. Se profundiza de esta forma en la línea de acciones de la institución benéfica que ofrece formación en diversas materias a personas con minusvalías. Tantas que todo lo construido en este entorno se ha realizado mediante escuelas taller.
Según la presidente de Paz y Bien, Josefa Romero, son muchos los empresarios que se dirigen a ellos para buscar a los profesionales que forman. En total son 115 jóvenes los que han aprendido un oficio en San Buenaventura desde 1996.
Danzaterapia. Paz y Bien comenzó a trabajar hace casi 30 años, en los que se viene dedicando a la integración, defensa y promoción de las personas con discapacidad intelectual y otros colectivos en riesgo de exclusión social.
Para posibilitar su integración ponen en marcha numerosos programas laborales y de integración, aunque quizás uno de los más conocidos y efectivos es la danzaterapia que se puso en marcha en el año 2000 y ha ofrecido numerosas ventajas a los que participan en ellos.
Paz y bien. En 1979, Paz y Bien echó a andar en medio una España que caminaba hacia la democracia. Es así como un grupo de profesionales, liderados por Fray Rafael Pozo Bascón, se atreve a dar el paso de montar un taller de trabajo para dar una respuesta a la inexistente integración de las personas subnormales, como por aquel entonces se les llamaba. Inicialmente se instalaron en Olivares, y fueron extendiendo sus residencias por toda Sevilla, Alcalá de Guadaíra cuenta con once de ellas.
