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"La irracionalidad religiosa genera violencia, pero no sólo en el Islam"

Rafael Palomino, catedrático en Derecho eclesiástico, reflexiona sobre el vínculo entre religión y el terrorismo yihadista.

el 07 jul 2011 / 19:30 h.

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El VI Curso Internacional sobre Terrorismo Yihadista, que se viene celebrando en el Centro Cultural Olavide en Carmona, inició ayer su última jornada que finalizó con la conferencia del catedrático emérito de Sociología Política de la Universidad de Augsburgo, Peter Waldmann. Pero antes, el componente religioso entró debate gracias a Rafael Palomino, catedrático de Derecho eclesiástico de la Complutense de Madrid. El título de su conferencia prometía: Religiones: ¿Parte del problema o de la solución? Durante su intervención, el catedrático trató de arrojar algo de luz acerca del vínculo entre el terrorismo yihadista y el Islam.


“La religión constituye un elemento identitario superpuesto a otros elementos étnicos o ideológicos, es cercano a hablar de raza o lengua”, comenzó el ponente en un intento de aclarar la definición del término. Basándose en los presupuestos de irracionalidad, exclusivismo y de libertad individual de la religión, Palomino aportó un punto de vista alternativo para abordar en abstracto el terrorismo yihadista. “En Oriente Medio la identidad religiosa es algo esencial, tanto como la nacionalidad”, explicó.

Una de las principales controversias que generan, en su opinión, todas las religiones es si la libertad religiosa debe ser de carácter privado o público. Para ello puso como referente la Paz de Westfalia en 1648, donde “se puso fin al imperio cristiano”. “Nació un nuevo esquema que defendió que cuando la religión se lleva a la vida pública, genera intolerancia y guerras”, expuso. Lo que dejó claro fue que, aunque se trata de un derecho fundamental, “todo espacio público tiene que ser aséptico de creencias”.

Entrando en el pantanoso terreno de vincular Islam con terrorismo aclaró que “no hay una explicación unívoca sobre su relación”. Aunque hay ciertos componentes delicados como la irracionalidad religiosa, “que genera violencia en el terrorismo yihadista, pero no sólo ocurre con el Islam, también pasó en las dictaduras europeas”. El fundamentalismo es otra de las causas violentas que establece el catedrático. “Los creyentes intentan frenar la erosión de la identidad religiosa, amenazada por el secularismo”, expresó aunque “fundamentalismo y violencia no se identifican obligatoriamente”.

Haciendo honor al título de su conferencia, reconoció que la religión es parte del problema del terrorismo yihadista pero “hay que profundizar en la interpretación de los hechos”. “Las religiones pueden situarse a ambos lados de la violencia, desde su promoción y apoyo, hasta su condena”, sentenció.

Desde su posición como jurista, Palomino hizo alusión a dos tendencias dentro del mundo del derecho. La primera, conocida como la Teoría del control, se basa en que las religiones monoteístas son antidemocráticas y “se decanta por un Estado fuerte frente a las religiones fuertes”. La segunda de las teorías, con la que el catedrático está de acuerdo, promueve la comunicación activa entre los distintos grupos de la sociedad. “Para esta teoría la religión no es el problema, sino el síntoma de otro”, añadió.

Llegando casi al final de su exposición, Palomino presentó en forma de gráfico el resumen de su idea: “Donde la libertad religiosa se respeta, el resto también se respeta”.

Para finalizar tan rigurosa sesión, el catedrático citó al actor Robert de Niro en el film Ronin: “Si no formas parte de la solución, lo eres del problema, sino, sólo formas parte del paisaje”.

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