El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ha admitido hoy en el Parlamento que la obligación de hacer estrictos ajustes para recortar el gasto y contener el déficit motivará que algunos de los grandes programas sociales de su Gobierno "se aplacen o ralenticen en el tiempo". "Eso no es recortar", defendió frente al PP.
El líder del Partido Popular andaluz, Javier Arenas, aguardó su turno en la sesión de control para desvelar el documento del plan de ajustes que la Junta presentó ante el Gobierno central en el Consejo de Política Fiscal y Financiera hace una semana. Ni el Gobierno andaluz ni el Ministerio de Economía han accedido durante estos días a hacer público este plan. Arenas puso el acento en que muchos de los recortes recogidos en ese documento con "membrete oficial" no se habían contado. El PP demostró que la Junta dentro de su "Plan Económico-Financiero de Reequilibrio de la Junta de Andalucía 2010-2013" aplaza objetivos como la creación de plazas de guarderías, la construcción de hospitales o la implantación del bilingüismo.
"Ralentizar la puesta en marcha de los programas no es ningún recorte", defendió Griñán, quien puso ejemplos de algunas de las medidas anunciadas por Gobiernos autonómicos del PP como Madrid o Valencia como cerrar quirófanos, suprimir la gratuidad de los libros de texto, reducir las becas o el transporte escolar. "No vamos a recortar el gasto social, lo podrá usted ver en el Presupuesto", agregó. El Gobierno andaluz aseguró que los ajustes contenidos en ese documento son "previsiones" que dependerán de aspectos como la evolución de los ingresos tributarios.
"Las mentiras no se pueden convertir en un hábito", mantuvo el líder del PP, que afeó a Griñán que mantuviera "esta agenda oculta" en el Parlamento. "No recuerdo nada igual en 30 años de democracia", aseguró.
